Según las estadísticas, la mayoría de los usuarios de los vehículos hoy en día viajan solos, resultando en un desperdicio de espacio y mayor contaminación. Luego entonces, ¿para qué tener espacio para siete en una SUV que rara vez lleva a más de tres personas en su interior? La respuesta es un crossover para cuatro o cinco, una especie de camioneta con capacidades limitadas y apenas espacio para llevar a gente en la segunda fila de asientos. ¿Qué se gana? Estilo, diseño y exclusividad, una SUV coupé, un crossover o como usted guste llamarle, dejando todo en manos de la imagen.
De esta forma es que Acura pretende competir al tu por tu contra la X6, un hito en la historia de nuevos segmentos desarrollados por BMW. En esencia es una camioneta, pues comparte la plataforma con la MDX, pero las líneas dictan un estilo de coupé indiscutible, dándole una apariencia más deportiva, dinámica y juvenil. Para distinguirse del resto de la gama Acura ofrece algunas novedades en el equipamiento, pero nada que la coloque en otro escalón.
El espacio en las filas delanteras es muy bueno y la posición de manejo puede ser casi perfecta, excepto porque la visibilidad hacia atrás resulta limitada debido a las formas y a la reducida superficie acristalada. Sin embargo, las plazas traseras sí que están comprometidas. Es algo de esperarse en una SUV con una línea del techo que baja tan abruptamente. Sin ganas de exagerar, alguien que supere los 1.75 metros de altura irá incómodo y peor si utiliza la plaza central, más elevada incluso respecto a las otras dos.
A pesar de que hereda casi cada pieza mecánica de su hermana mayor, la MDX, este nuevo crossover presume un comportamiento sobre el asfalto digno de remarcarse. Para empezar, su V6 de 3.7 litros genera 306 HP, la misma potencia que una X6 3.0 litros, sólo que sin el doble turbo, lo que significa una significativa pérdida de potencia a la altura de la ciudad de México.
La caja es una automática de seis velocidades de nueva generación con modalidad de cambios secuenciales y manetas al volante, lo que le da una buena agilidad y capacidad de reacción, acelerando hasta los 100 km/h en menos de 10 segundos.
La dirección es muy buena, sólo que se siente ligeramente sobreasistida, mientras que las suspensiones presumen un calibrado firme, de buen filtrado, lo que la hace un tanto rígida para el día a día en un asfalto maltratado, pero no imposible de aprender a vivir con ella; mientras, en carreteras de montaña y apoyada en gran medida por el eficiente sistema de tracción integral permanente SH-AWD, el manejo es suculento y preciso, aunque en cada curva se hace notar el peso del vehículo.
En general se trata de un auto muy sólido y que denota calidad premium en cada esquina, podríamos atrevernos a decir que incluso tanto como un alemán de buena carta (BMW Serie 5, por ejemplo).
El problema parece venir cuando volteamos a ver el precio.
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5 segundos.
La nueva Mexican 500 se realizará en Mexicali, Ensenada y San Felipe a finales de septiembre.
La Fórmula 1 corre en Alemania rodeada de escepticismo hacia Pirelli, quien asegura dará buenos productos para que no pase lo de Silverstone.