Javier Fueyo

Muchos detalles del Abruzzi giran en torno a Le Mans. No sólo será presentado en el circuito de Le Sarthe (el otro fin de semana), donde se disputará la legendaria competencia de las 24 Horas de Le Mans, sino que también se harán únicamente 81 unidades, una por cada edición disputada de la carrera, desde que surgió en 1923.

Pero este no es el límite de Panoz, pues el carro ha sido desarrollado y puesto a punto en este y para este circuito. La curiosa forma, al mejor estilo de un batimóvil, no es casualidad: ha sido diseñada en el túnel de viento para ofrecer la mejor aerodinámica posible (no nos dan el coeficiente de penetración).

El Panoz Abruzzi llevará a las ruedas traseras nada menos que 600 caballos, que provienen de un motor V8 también ubicado en la zona posterior. Incluso resulta curiosa la posición del radiador, también atrás, y que se alimenta de aire frío que provienen de unos conductos ubicados en la parrilla delantera.

La carrocería, plagada de soportes y refuerzos aerodinámicos, ha sido fabricada en gran parte con un compuesto de materiales reciclables, que han resultado resistentes y livianos. Según Panoz, el REAMS (como se le denomina al material), supera a la fibra de carbono en estos dos apartados. Obviamente, el beneficio al medio ambiente no tiene comparación.

Aún faltan algunos datos oficiales, tales como el precio o las prestaciones, pero ya sabemos que estará homologado para pasearse por cualquier carretera del mundo, y que no dejará indiferente a nadie que se le cruce en el camino.