Si se quiere mejorar el sistema de frenado, por uno que incluye 8 pinzas por disco delantero y 6 por cada trasero, el disco perforado hecho en cerámica y otros avances, se desembolsan casi 14.000 euros (cerca de 17.000 dólares). Si además se quiere modificar la suspensión por una más deportiva, entonces el cheque se sube casi 10.000 dólares. El sonido del motor también se puede modificar por medio de un sistema de escape más ronco, pero esto ronda los 7.000 dólares. Para la apariencia también hay: rines de 20 pulgadas exclusivos que oscilan entre 7.000 y 12.000 dólares.

Quien quiera un R8 más exclusivo, con comportamiento similar al de un Ferrari F430 y tenga dinero, puede contratar a Wheelsandmore para que lo ponga ‘a punto’.