Javier Fueyo

El año de 2009 será recordado en la historia de la economía occidental como uno de los más difíciles. La tremenda caída financiera en todo el mundo ocasionada por el abrupto desplome del mercado inmobiliario estadounidense afectó a todos los sectores productivos.

La industria del automóvil fue una de las más golpeadas, con la atención del capítulo once de quiebras del gobierno norteamericano al cual calificaron las enormes automovilísticas como General Motors y Chrysler. En Europa y Asia, las cosas tampoco fueron sencillas. Firmas como Porsche y Mercedes sufrieron en carne propia los coletazos de una depresión económica globalizada. Sólo unas cuantas empresas lograron sortear este 2009 con mermas mínimas.

Tal es el caso de Audi. Durante su conferencia anual de prensa, donde da a conocer los resultados del ejercicio financiero, pudo presumir un impacto menor en sus arcas. Cierto, la caída en beneficios después de impuestos rondó el 39% por ciento, mientras que los ingresos cayeron un 12.7%. Sin embargo, gracias a medidas preventivas de reducción de costos y mayor productividad así como un portafolio fresco y bien renovado, Audi presume un retroceso en su comercialización a nivel global de apenas 5.4%. En el 2008, lograron el acomodo de un millón y pico de unidades, mientras que en el ejercicio del 2009 su meta quedó en 950 mil ejemplares.

Además, Audi continua con una renovación más completa de toda su gama durante este 2010, donde destacan los primeros dos meses en ventas con porcentajes del orden del 30% respecto a los equivalentes del 2009.Toda una promesa de crecimiento, que será más que aprovechada con la renovación de sus productos así como el incremento de la oferta, como el nuevo A1 y el RS5.

Entre la nueva hornada de vehículos destaca la incorporación de propulsión híbrida y los primeros pasos para el lanzamiento de un automotor eléctrico en el 2012. Una promesa que dadas las premisas de la casa seguramente serán una realidad razonable, aunque sólo ocurra en esta parte del mundo.

En cuanto al desarrollo de las tecnologías tradicionales, los motores de combustión interna existirán todavía un tiempo más, pues el actual refinamiento tecnológico observado en los laboratorios de la casa de los cuatro aros como las 24 Heures du Le Mans o el DTM, prometen optimización y mayor rendimiento todavía en la próxima década.

De acuerdo a sus estimaciones y pese al ligero revés observado en el ejercicio pasado, Audi pronostica producir y comercializar el millón y medio de unidades para mediados de esta nueva década. Afortunadamente, la compañía basada en Ingolstadt no sólo reporta una muy buena salud financiera, sino que presume nuevos proyectos y una optimización en sus líneas de producción que le permiten fabricar desde el novedoso A1, icono urbano que pretende colocarse muy fuerte en Europa, hasta el renovado A8, cuyo refinamiento técnico sigue siendo la carta más atractiva del fabricante teutón.

Así, para Audi el 2009 ha resultado un año de buenas noticias, pese los malos ambientes creados por un colapso financiero estadounidense. Discreción y mejora.