Nos volvemos a encontrar con el Lacrosse de Buick, ahora en su versión Premium 1.
Desde nuestra más reciente prueba del Buick Lacrosse en 2012 (aquella fue con el novedoso motor E Assist, semihíbrido), poco ha cambiado en este sedán americano de gran tamaño. Algún que otro retoque estético y una mejora del nivel de equipamiento sobre todo el tecnológico que ponen al Buick en la senda de modelos del escalafón superior.
Exteriormente recibe un nuevo cofre, parrilla, grupos ópticos y paragolpes. En la cabina, destaca el uso por doquier de elegantes LED para iluminar en el interior. En cuanto, a equipamiento, recibe un buen número de componentes de alta tecnología, especialmente enfocados a la mejora de la seguridad, avisador de cambio indeseado de carril y advertencia de cruce no previsto de tráfico que vienen a minimizar uno de los defectos más acusados del modelo: la visibilidad trasera. También recibe una nueva pantalla táctil y control de crucero adaptativo,
Con estas pequeñas actualizaciones y tras más de cinco años de vida el Buick Lacrosse se mantiene como uno de los modelos más interesantes de su segmento. En esta ocasión lo manejamos con el motor V6 de 3.6 litros, 303 hp y 264 lb-pie de torque, algo que agradecerán aquellos compradores que buscan algo más de fuerza y personalidad que las otorgadas por el básico cuatro cilindros E Assist, más enfocado en los consumos. Para conocer más detalles puedes leer la prueba de aquel modelo.
En marcha, el Lacrosse V6 se comporta como lo que es, un sedán de gran tamaño, cómodo, refinado y silencioso. Su dirección sin ser excesivamente comunicativa es precisa y suave, facilitando el manejo de uno de los sedanes más confortables que hemos probado.
En el interior, poco más que añadir a lo que mencionamos en el 2012. Recordar que pese a su confort y su espacio interior, con apenas 13 pies cúbicos de capacidad está por debajo de la media y que con el restyling interior ha ganado todavía más en elegancia.
Rivales
Como ya mencionamos en nuestra prueba de 2012, sus principales rivales son modelos de menos de 200 pulgadas del estilo del Lexus ES, Acura TL, Volkswagen Passat o Hyundai Genesis sedán. También podemos añadir ahora al novedoso Kia Cadenza. Todos ellos son elecciones muy solidas y con un nivel de confort, equipamiento, precio y consumos muy similares. Lo que te puede hacer decantar por uno u otro son pequeños detalles.
Nuestra unidad de pruebas con motor V6 tenía un precio final en torno a los 44,000 dólares fruto del añadido de varios extras y paquetes avanzados. El precio de partida de un Lacrosse con motor V6 está en torno a los 39,000 USD, mientras que el del modelo híbrido E Assist arranca alrededor de los 34,000. Son 5,000 dólares de diferencia además de un consumo ciertamente superior (18/28/21 mpg por 25/36/29 de la versión E Assist.
¿Por qué comprarlo?
Atención al detalle, suavidad de funcionamiento y tecnología avanzada son tres argumentos que por sí solos no son suficientes para decantarse por un automóvil, pero que, sumados al desempeño global del Buick Lacrosse, hacen de este modelo americano una interesante opción en el mercado de los sedanes de gran tamaño con un precio relativamente económico.
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