Fuera de la capota de lona que le da una apariencia aún más baja, se nota la ausencia de las hojas de aluminio en los costados. Una verdadera lástima, ya que el Audi R8 se caracteriza por ellas. Se alcanzan a notar en las imágenes unos toldos de seguridad detrás de los asientos, que, probablemente, ayuden a mantener la rigidez del auto.
El nuevo Audi R8 Spider ha tenido una nueva puesta a punto, principalmente, en el chasis, pero también en optimización de espacio, frenado, suspensión y dirección. Los motores serían los ya montados en el cupé, como el V8 de 4,2 litros y 420HP y un V10 de 5,2 litros montado en los S8. Un V10 Twin Turbo (el mismo del RS6) estaría reservado para después, con una variante RS. El Audi R8 convertible Diesel es un misterio, pero no vemos motivos para que Audi no lo comercialice.
Al parecer el R8 de pruebas cazado es la versión RS, por su aspecto algo más agresivo y un sonido del motor típico de un V10 y no de un V8. Un nuevo diseño de parrilla bien podría ser característico de esta versión que, con un poco de suerte, podría estar listo en el primer semestre de 2009.
La esperada versión descapotable del Audi R8, la Spider, será presentada la semana que viene en durante el Salón del Automóvil de Frankfurt. Antes, sin embargo, os anticipamos las pimeras imágenes del superdeportivo alemán filtradas en Internet sin permiso de Audi.
Nuestro columnista habitual, Alberto Mallo, jurado del European Car Of The Year, analiza para Myautomovil.com, el Audi R8 Speedster -o Spider-, del que ya te hemos ofrecido algunas imágenes espía, y la incidencia que los diseños de Porsche han tenido en la concepción del modelo.
La división Motorsport de Audi acaba de culminar un nuevo proyecto, el Auti R8 GT3. Dirigido única y exclusivamente a la competición con el mismo nombre, más allá de modificaciones en el plano estético y aerodinámico, lo más destacable son los 500 HP de su V8 4.2 litros atmosférico, que en la versión de calle rinde "sólo" 420 HP. Otro dato interesante es su reparto de torque a las ruedas. Nada de tracción integral; la competencia obliga a que sus participantes tengan propulsión trasera