Desde su lanzamiento en 2019, el Mazda3 se ha convertido en uno de los compactos más refinados del mercado, alejándose de la etiqueta de coche económico que lo acompañaba. Su estilo elegante, materiales de primera y dinámica de conducción lo sitúan como una seria alternativa frente a modelos mucho más caros. Tras una semana de prueba con el Mazda3 2.5 Turbo AWD 2025, la conclusión es clara: Mazda ha creado un coche que sigue siendo referencia en su segmento.
El diseño del Mazda3 ha resistido el paso del tiempo con una madurez sorprendente. Sus líneas fluidas recuerdan a un Alfa Romeo 159 modernizado, aportando un aire sobrio y distinguido frente a rivales con carrocerías más agresivas. La unidad probada, en tono Cerámico Metalizado con tapicería Rojo Garnet, realzaba aún más su elegancia. A pesar de no ser la configuración más accesible, queda patente que Mazda ha cuidado cada detalle para ofrecer un compacto con presencia premium.
La cabina del Mazda3 2025 es una de sus mayores fortalezas. El acabado y la calidad de materiales superan con creces lo esperado por su precio, ofreciendo un ambiente cercano al de un Audi o un Mercedes, pero sin caer en el abuso de pantallas táctiles poco prácticas. Todo está orientado a la ergonomía, con botones físicos y una disposición intuitiva que lo convierten en un coche pensado para disfrutar conduciendo, no para luchar con la tecnología.
El corazón de este modelo es su motor turboalimentado de 2.5 litros y 250 CV, acompañado del sistema de tracción total iACTIV. Acelera de 0 a 100 km/h en apenas 5,2 segundos, cifras que lo ponen a la altura de deportivos compactos mucho más caros. Su transmisión automática de seis marchas prioriza la suavidad frente a la radicalidad de un doble embrague, lo que lo convierte en un coche polivalente: rápido cuando se le exige, pero cómodo en el día a día.
El Mazda3 2.5 Turbo AWD 2025 es un coche que rompe esquemas. No tiene el enfoque puramente deportivo de un Subaru WRX ni el empaque tecnológico de un BMW Serie 2 Gran Coupé, pero combina lo mejor de ambos mundos con una relación calidad-precio difícil de igualar. En un mercado cada vez más dominado por los SUV, Mazda demuestra que aún es posible crear un compacto atractivo, rápido y premium sin un precio desorbitado.