Dodge Caliber SRT4: el “muscle car” económico

El legendario “músculo americano” puede venir en diferentes presentaciones. No todo tiene que ser de tracción trasera, ...
28/06/2008

Javier Fueyo

Único e inconfundible
A simple vista, el nuevo integrante de la familia Street and Racing Technology se nota diferente. Las fascias del
Dodge Caliber SRT4 son más prominentes, los spoilers más grandes, hay una entrada de aire en el cofre (las salidas son de adorno), tiene rines de 19 pulgadas con frenos más grandes, un gigantesco alerón en la parte superior del medallón, una enorme salida del escape y hasta una especie de difusor de aire que, aunque seguramente no es del todo funcional, luce atractiva para muchos.

El interior del Dodge Caliber SRT4 sigue la misma tónica. El tablero tiene en el extremo izquierdo un indicador de la presión de soplado del turbo. Además, la computadora de viaje puede desplegar no sólo información de los consumos y la presión de inflado de las ruedas, sino además una serie de números para los amantes de la velocidad.

Muestra el tiempo en aceleraciones de 0 a 62 mph, en un octavo y un cuarto de milla, frenados con tiempo y distancia, y hasta la aceleración lateral (en fuerzas G) durante una curva o un slalom.

Otros elementos únicos de la versión son los asientos más grandes y bordados con las siglas “SRT”, un potente equipo de audio con amplificador Boston y piel que simula correctamente a la fibra de carbono en palanca y volante.

Los demás elementos ya los conocemos en otras versiones del Caliber, como las bolsas de aire, el quemacocos y el aire acondicionado, entre otros. Sin embargo, hay que hacer alto en una crítica que ya hemos hecho antes: los plásticos de prácticamente todo el interior y los ensambles son pobres.

Casi ningún panel es agradable a la vista ni al tacto; se notan muy económicos y no corresponden a la imagen que quieren transmitir con este auto. Finalmente el espacio para cinco pasajeros es bueno, además de contar con una cajuela muy amplia que iguala sin problemas el espacio de algunas SUVs compactas.

Manejando
Una vez encontrada la posición correcta de manejo, no nos queda más que poner en marcha el motor del Dodge Caliber SRT4. Nos recibe un rugido discreto pero ronco que deja entrever su potencia. Metemos primera y comenzamos a rodar. Por cierto, la palanca de velocidades es precisa y de recorridos cortos; no es la de un BMW pero resulta muy cómoda y permite cambios rápidos.

El clutch también es suave, pero hay que acelerar más de la cuenta antes de soltarlo o de lo contrario se puede apagar. Al poco tiempo sale a relucir una cosa: la suspensión es muy dura y seca, lo que quiere decir que efectivamente no hay lancheos pero tampoco absorbe nada; cualquier irregularidad del camino llega a toda la cabina.

Digamos que su mejor escenario es el pavimento de una pista de carreras o una autopista plana, sin baches ni ondulaciones. Cuando finalmente podemos acelerar a fondo el Dodge Caliber SRT4 nos da otra gran sorpresa: torque steer.

Es esa tendencia del volante a jalar violentamente hacia un lado o hacia el otro en una aceleración a fondo, llegando a ser muy incómodo y hasta difícil de controlar. No queremos decir que sea peligroso, pero si diremos que necesita de mucho mayor atención que cualquier otro turbo de tracción delantera.

Motor excelente
Por su parte, el motor turboalimentado de 2.4 litros ha sido pulido para entregar 285 HP y 265 lb-ft de torque. Es casi una joya de la ingeniería por su forma de trabajar, pero nuevamente, el torque steer le hace sombra, y mucha. Es una verdadera turbina de avión que sopla con una fuerza extraordinaria; pareciera por momentos como si el motor tuviera 350 HP de potencia.

Primera, segunda, tercera, cuarta… no deja de empujar hasta el corte de inyección a las 6,500 rpm, pero nuevamente, ese constante tirón de la dirección nos obliga a ser muy prudentes antes de explotar el potencial del motor si no estamos en una carretera ancha y casi sin tránsito.

El Dodge Caliber SRT4 tiene una fuerza brutal pero difícil de controlar; muy al estilo de los primeros y más rudimentarios turbos de hace unas tres décadas. ¿Se acuerda del Magnum Turbo? Así se siente este Caliber.

Los números hablan de contundencia. A pesar de la dirección y la inexistente comodidad de la suspensión, el SRT4 acelera y acelera mucho. Sus prestaciones impresionan, pero lo harían más si hubieran pulido más el bastidor. Los frenos también son muy efectivos, ya que fueron “transplantados” de un Charger R/T, algo que se nota en la buena resistencia a la fatiga y valores absolutos mejores que la media.

De serie, el Dodge Caliber SRT4 tiene control de estabilidad que no se puede desconectar por completo. Sólo se apaga el de tracción y con éste apagado, el de estabilidad es más tolerante pero siempre presente. Un detalle que agradecemos dada la tremenda entrega de potencia y la altura de la carrocería.

El consumo es lo que podemos esperar de un motor de su tamaño, e incluso un poco mejor, ya que logró una media de 19,5 mpg, según nuestras mediciones.

La conclusión de Myautomovil

El antecesor del Dodge Caliber SRT4 se llamó Neon SRT4, que fue popular por su relación precio/potencia. Tenía 230 HP. Además, por el escaso equipamiento y simpleza de su mecánica y bastidor, era muy ligero, razón por la cual se podía “cocinar” a deportivos de mayor estirpe a la salida de un semáforo.

Los años pasaron y ese producto que era bueno como concepto pero no tanto en resultado, maduró. Evolucionó en forma de Caliber SRT4 con la misma premisa: ofrecer una imbatible relación precio/potencia. 240 HP por 22,995 dólares. Hagan cuentas.

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