Precisamente, la incursión en el mercado norteamericano es uno de los objetivos prioritarios de Volkswagen con el nuevo Polo. Por concepción y procedencia, será uno de los competidores más cercanos a la nueva generación del Ford Fiesta, concebido como un auto global y que también llegará a Estados Unidos.
De paso el lanzmiento del Polo, en este mercado, significa un cambio en la estrategia de producto de la marca. Hasta este momento, el producto más asequible del fabricante germano en ese mercado es el Rabbit (Golf en el resto del mundo), sin embargo, no ha resultado tan efectivo como pensaban. Ahora con el cambio de interés repentino del consumidor estadounidense y su demanda de autos de este tamaño parece lógico que Volkswagen llegue con un superventas como el Polo para competir con marcas del calibre de MINI, Toyota, Honda o Chevrolet que ya tienen autos bien posicionados en dicha categoría.
La plataforma del futuro Polo ya fue estrenada por el Seat Ibiza, y mecánicamente es de esperarse que use los motores TSi del grupo de marcas, caracterizados por sus altos niveles de potencia con respecto a su baja cilindrada y registros de emisiones y consumos.
Ya habíamos anunciado que el VW Polo que se está presentando en Ginebra como principal novedad de la firma, se comercializará en USA. A este subcompacto alemán le hace falta un ingrediente para completar su familia: la variante sedán, que debutará unos meses más adelante, y paso seguido se venderá en Norteamérica por primera vez, pero con un aumento de dimensiones respecto al europeo.