La base para reducir el peso, que a su vez redunda en bajar el consumo y las emisiones contaminantes, es la de inspirarse en una barra de chocolate para crear las piezas plásticas.
Esto se da a través de la inyección de burbujas de aire durante el proceso de manufactura, dando como resultado una estructura interna del material similar a la de un panal de abejas (a nivel microscópico), empleando así menos recursos.
La tecnología MuCell, como es denominada, no sacrifica en aspectos como la durabilidad o la fuerza, según Ford. Los componentes son un 20% más livianos que uno convencional y no son más costosos de producir.
En sus primeras aplicaciones, este desarrollo se verá en modelos como el Focus y la gama de monovolúmenes europea de Ford, como el C-Max, el S-Max y el Galaxy.
Para el año 2020, Ford aspira que sus autos pequeños registren por lo menos 100 kilos menos en báscula, meta que se amplía a los 300 en sus coches de mayor tamaño.
La presión de los neumáticos puede causar distintos problemas, y ni siquiera en Europa están exentos de estas dificultades.
Será una versión de bajo consumo en Europa, equipando un motor Diesel de pequeño tamaño y distintas tecnologías para mejorar su eficiencia.