Ford anunció la eliminación de 1.000 empleos en Alemania debido a la baja demanda de vehículos eléctricos en el continente, un movimiento que refleja las dificultades de la marca para competir en un mercado clave. La compañía asegura que reducirá la producción en su planta de Colonia a un solo turno a partir de enero de 2026, en un intento de redimensionar su negocio eléctrico.
La Unión Europea ha marcado objetivos ambiciosos: reducir un 55 % las emisiones de CO₂ en 2030 y lograr el 100 % en 2035. Para alcanzar esas metas, la electrificación es ineludible. Sin embargo, Ford reconoce que los compradores europeos no están adoptando sus modelos eléctricos al ritmo esperado y que la infraestructura de carga aún presenta retrasos.
En paralelo, los recortes en Alemania se suman a los 4.000 despidos que Ford ya había anunciado en Europa para 2027, evidenciando que la compañía atraviesa un proceso de ajuste más profundo de lo previsto. El contraste es claro: mientras las ventas de eléctricos crecieron un 24 % interanual en Europa durante 2024, Ford pierde competitividad frente a rivales asiáticos y europeos.
El golpe financiero es evidente. El segmento Model e perdió 5.100 millones de dólares en 2024, tras haber perdido 4.700 millones el año anterior, y la compañía estima que en 2025 las pérdidas crecerán hasta los 5.500 millones. Aunque en EE. UU. las ventas de eléctricos aumentan, el mercado está muy lejos de alcanzar a China, que domina con un 70 % de la producción mundial.
Aun así, Ford asegura que no abandonará la electrificación, sino que ajustará su estrategia para recortar costes, mejorar la tecnología en sus vehículos y reforzar su presencia en China y Europa. El desafío es enorme: mantener la rentabilidad sin quedarse atrás en la carrera global hacia un futuro eléctrico.