El Audi Sport Quattro de 1985 es un icono del rally, pero su versión de calle se topó con las regulaciones de EE. UU. El coche carecía de las características de seguridad exigidas en aquel momento, lo que impedía su venta en el país norteamericano. Hoy es un clásico codiciado, pero históricamente estuvo fuera del mercado estadounidense.
El Honda NSX-R de 2002 es una joya de la ingeniería japonesa, diseñada para un rendimiento extremo. Sin embargo, debido a su limitada producción y especificaciones técnicas, no cumplía con los estándares federales de seguridad de EE. UU., impidiendo su importación y venta en aquel momento.
El McLaren F1 de 1994 es considerado uno de los mejores superdeportivos de la historia. Aun así, su diseño no incluía airbags ni otros componentes de seguridad exigidos por la ley estadounidense. Posteriormente, pudo ingresar bajo la ley “Show and Display”, pero sigue siendo extremadamente raro en EE. UU.
El TVR Griffith de 1995 destacó por su potencia y diseño minimalista, pero carecía de los equipos de seguridad necesarios para las carreteras estadounidenses. Esta ausencia de elementos como sistemas de retención y airbags lo hizo ilegal para importar y registrar en EE. UU.
El Alfa Romeo 8C Competizione de 2003 es un modelo espectacular en cuanto a diseño y prestaciones. Sin embargo, sus emisiones no cumplían con los estándares estadounidenses. La empresa nunca modificó el modelo para ajustarlo a la normativa, dejando al 8C fuera del mercado norteamericano.
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