A pesar de los esfuerzos de General Motors, los vehículos de Chevrolet han sufrido durante años debido a sus sistemas eléctricos defectuosos. Modelos como el Equinox y el Blazer EV sufren fallos en el software y problemas con las baterías. Los mecánicos afirman que la arquitectura eléctrica de Chevrolet está fundamentalmente defectuosa, desde apagones en los sistemas de infoentretenimiento hasta drenajes fantasmas de las baterías. Las reclamaciones de garantía son frecuentes, pero las soluciones suelen requerir reemplazos completos del sistema. Los propietarios se sienten frustrados, ya que la fiabilidad de Chevy ha dejado de ser una constante.
Tesla ha sido pionera en la automoción eléctrica, pero a pesar de la mejora en algunos aspectos, sigue siendo una marca con la que los mecánicos prefieren no tratar. Los problemas con la electrónica, la calidad de construcción y los acabados interiores son comunes. Además, muchas reparaciones solo pueden realizarse en los servicios autorizados de Tesla, lo que puede llevar meses de espera. Los fallos impulsados por software pueden deshabilitar vehículos completos, y los costes de reparación son altos debido al uso de piezas exclusivas. Aunque ha mejorado su clasificación en fiabilidad, muchos mecánicos siguen advirtiendo sobre los dolores de cabeza que Tesla puede generar a sus propietarios.
Fiat es conocida por sus precios asequibles, pero la propiedad de un Fiat puede resultar costosa a largo plazo. Modelos como el Fiat 500X y 500L tienen problemas eléctricos recurrentes, y los motores 1.3L frecuentemente sufren problemas con la cadena de distribución, lo que requiere una sustitución completa. Los espacios reducidos en los compartimentos del motor dificultan el mantenimiento rutinario, y la escasez de piezas empeora la situación. Los mecánicos informan de fallos catastróficos casi seguros entre los cinco y siete años, lo que convierte la opción económica en un riesgo financiero a largo plazo.
Land Rover ha ganado una mala reputación entre los mecánicos debido a sus continuos problemas de fiabilidad. Modelos como el Range Rover Velar y Evoque con motores “Ingenium” sufren fallos prematuros en las cadenas de distribución. Además, los sistemas eléctricos son tan complejos que los mecánicos cobran tarifas adicionales por diagnosticarlos. Las reparaciones de la suspensión neumática pueden costar entre $3,000 y $5,000, y algunos arreglos sencillos requieren la extracción del motor. A pesar de su precio, que oscila entre $60,000 y $90,000, la fiabilidad sigue siendo una pesadilla para los propietarios.
Volkswagen ha sido conocida por su ingeniería alemana, pero esta fama se ha visto empañada por una serie de problemas recurrentes de fiabilidad. A pesar de su prestigio, los propietarios de modelos nuevos informan de fallos en las baterías, problemas con los frenos y fallos eléctricos. Los motores 2.0L turbo sufren acumulación de carbono, lo que requiere limpiezas costosas. Las fallas de transmisión atraviesan varias generaciones, y su sistema eléctrico complejo hace que incluso las reparaciones menores cuesten hasta $2,000. Consumer Reports clasifica a VW en el puesto 26 de 32 marcas, dejando a los propietarios frustrados y a los mecánicos aconsejando evitarla.
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