En 1999, Ford adquirió Volvo Cars por $6.4 mil millones con el objetivo de incorporar la tecnología de seguridad avanzada de la marca sueca en sus propios modelos. Bajo la tutela de Ford, Volvo introdujo modelos innovadores como el S80 y el V70, y la tecnología de seguridad de Volvo influyó en los diseños de Ford, como el Ford Five Hundred y el Ford Freestyle. Sin embargo, debido a la crisis económica de 2008, Ford vendió Volvo a Zhejiang Geely Holding Group de China en 2010 por $1.8 mil millones. A pesar de la venta, el legado de Volvo en cuanto a seguridad y tecnología sigue vivo en muchos vehículos de Ford.
Mercury fue una marca interna de Ford creada en 1938 para llenar el espacio entre los modelos Ford y Lincoln. Aunque no era tan famosa como las otras marcas, Mercury produjo vehículos muy interesantes, como el Cougar (basado en el Mustang), y el Marauder, que utilizaba la base del Ford Crown Victoria. Durante años, Mercury fue una opción popular, pero la falta de una identidad clara y la crisis económica de los 2000s llevaron a su desaparición. En 2011, Ford cerró la marca Mercury definitivamente, dejando atrás una historia llena de altibajos.
Ford adquirió Land Rover en el año 2000, tras una serie de cambios de propietario de la marca británica. Con el respaldo financiero de Ford, Land Rover mejoró significativamente su línea de modelos, incorporando suspensiones independientes y motores más potentes. Bajo la dirección de Ford, Land Rover se consolidó como uno de los referentes en vehículos todoterreno de lujo. Sin embargo, debido a la crisis financiera de 2008, Ford vendió Land Rover, junto con Jaguar, a Tata Motors, que fusionó ambas marcas en 2013 para formar Jaguar Land Rover.
En 1989, Ford compró Jaguar por $2.38 mil millones con el objetivo de expandir su presencia en el segmento de los coches de lujo. Durante su gestión, Jaguar produjo algunos de los modelos más emblemáticos de la marca, como el XJ X350 y el superdeportivo XJ220. Aunque Ford ayudó a Jaguar a superar tiempos difíciles, la crisis económica de 2008 obligó a la compañía a venderla a Tata Motors. A pesar de los altibajos financieros, la contribución de Ford fue crucial para la estabilidad y crecimiento de Jaguar en esos años.
Aston Martin es sinónimo de lujo y deporte, con modelos emblemáticos como el DB12 y el Aston Martin Vulcan. Sin embargo, pocos saben que Ford tuvo una participación clave en su supervivencia. En 1987, Ford compró una participación del 75% de Aston Martin para ayudar a la marca británica a superar sus problemas financieros. En 1993, Ford adquirió la totalidad de la compañía, y bajo su tutela, Aston Martin prosperó, con modelos como el V8 Vantage y el V12 Vanquish, diseñados por Ian Callum, un empleado de Ford. En 2007, Ford vendió Aston Martin a David Richards, pero la historia de su resurgimiento no habría sido la misma sin el apoyo inicial de Ford.
Relacionadas
Precio del Mercedes SLS AMG Black Series 2014
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5...