El Audi Q7 ofrece un interior refinado y gran tecnología, pero la historia cambia cuando salen a la luz los gastos de mantenimiento. Su suspensión neumática y componentes avanzados elevan el coste de propiedad de forma considerable, especialmente fuera de garantía. Un SUV premium que puede convertirse en una carga financiera inesperada.
El Dodge Durango impresiona por su potencia y la opción de montar motores V8, pero detrás de esa fuerza se esconde un modelo envejecido. Su plataforma lleva años sin renovarse y las predicciones de fiabilidad para 2025 son negativas. A eso se suma un alto coste de mantenimiento en las versiones de mayor rendimiento.
El Volkswagen Atlas es popular en ventas, pero sufre una reputación cuestionable. Los problemas de electrónica, fallos mecánicos prematuros y un sistema de infoentretenimiento poco fiable lo dejan mal parado frente a la competencia. Aunque su precio pueda resultar atractivo, está lejos de ser una compra recomendable.
El Land Rover Range Rover es sinónimo de lujo y capacidad off-road, pero su talón de Aquiles sigue siendo la fiabilidad. Las averías frecuentes y el alto coste de reparación lo convierten en un SUV de alto riesgo económico. En 2025, su imagen premium no compensa los dolores de cabeza que puede generar a largo plazo.
El Ford Expedition es el SUV más grande de la marca, pero también uno de los más problemáticos. En 2025 acumula múltiples llamadas a revisión por fallos en motor y transmisión, problemas que no son nuevos y afectan a la seguridad. Aunque las ventas se mantienen altas, apostar por un modelo con tantos antecedentes no parece la mejor idea.
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