Uno de los aspectos más criticados es que Tesla sigue aceptando reservas de 50.000 dólares para el Roadster. Aunque la compañía afirma que son reembolsables, muchos expertos lo ven como un préstamo sin intereses ni garantías de entrega.
En un reciente evento X Takeover, se habló de una nueva demo del Roadster que emocionó a Musk. Pero, como ya es costumbre, no se revelaron detalles técnicos ni pruebas de rendimiento, lo que alimenta aún más el escepticismo.
Musk llegó a afirmar que el Roadster incorporaría opciones SpaceX con propulsores de cohetes para mejorar aceleración, frenado y curvas. Incluso sugirió en 2024 que el coche podría llegar a volar. Sin embargo, sin prototipos verificables, estas declaraciones suenan más a marketing que a ingeniería real.
Mientras Tesla acumula retrasos, la competencia avanza con pasos firmes. Rimac ya comercializa el Nevera con 1.900 CV, Lucid lanzó el Air Sapphire, y hasta fabricantes chinos como NIO o BYD presentan eléctricos de altas prestaciones. El Roadster, en comparación, parece haberse quedado congelado en el tiempo.
Tesla asegura que el Roadster sigue en desarrollo y que será rediseñado para ofrecer un rendimiento superior. No obstante, sin prototipos en pruebas públicas ni fechas oficiales de lanzamiento, la paciencia de los aficionados empieza a agotarse.
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