El Dodge Sidewinder fue un concepto verdaderamente único que sorprendió a los asistentes del SEMA Show de Las Vegas en 1997. Se trataba de un Dodge Dakota convertible con un motor Viper GTS-R, una combinación inusual pero fascinante. Con una transmisión de 4 velocidades y tracción trasera, el Sidewinder prometía una aceleración de 0 a 96 km/h en menos de 4 segundos, lo que lo convertía en una auténtica bestia en la carretera. A pesar de su impresionante desempeño y diseño atractivo, este concepto nunca pasó de ser una simple propuesta, y el mundo nunca llegó a conocer el Dodge Sidewinder en todo su esplendor.
El Dodge Razor, otro de los conceptos presentados en 2002, marcó un intento de Dodge por ofrecer un deportivo compacto y asequible. Con un motor turboalimentado de 2.4 litros y 250 caballos de fuerza, el Razor estaba destinado a competir en el segmento de los vehículos deportivos compactos. Su tracción trasera, transmisión manual de 6 velocidades y peso ligero de 1137 kg (2500 libras) lo hacían un coche extremadamente ágil y emocionante de conducir. El precio, fijado en solo 14.500 dólares, lo hacía aún más atractivo. Sin embargo, por alguna razón, este vehículo no logró pasar de la fase de prototipo, dejando a los aficionados a los deportivos preguntándose qué habría sido de él si hubiera llegado a producción.
Presentado en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica en 2002, el Dodge M80 era un concepto que evocaba las camionetas de las décadas de 1930 y 1940. Inspirado en el diseño de las pickup clásicas, el M80 contaba con un interior robusto y duradero, lo que lo convertía en una especie de híbrido entre un vehículo todoterreno y una camioneta vintage. Impulsado por un motor V6 de 210 caballos de fuerza y una transmisión manual de 5 velocidades, el M80 prometía ofrecer una experiencia de conducción potente y resistente, ideal para quienes buscan un vehículo práctico y de carácter. Sin embargo, a pesar de su atractivo, nunca pasó del estado conceptual.
El Dodge Copperhead es uno de esos vehículos conceptuales que hizo saltar las alarmas de los entusiastas de los deportivos en 1997. Aunque compartía algunas similitudes con el icónico Dodge Viper, el Copperhead no tuvo el mismo destino afortunado. Este roadster biplaza estaba equipado con un motor V6 DOHC de 2.7 litros, que producía una potencia decente pero no suficiente para competir con otros deportivos de la época como el Honda S2000. Aunque algunos consideraban que el Copperhead estaba destinado a ser una versión más accesible y económica del Viper, su bajo rendimiento y el precio elevado hicieron que nunca llegara a la línea de producción.
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