El Subaru Impreza 22B es probablemente uno de los coches más emblemáticos de la historia de los rallys. Con un motor turboalimentado de 2.2L y tracción integral, el Impreza 22B se destacó en los rallys internacionales, especialmente en el Campeonato Mundial de Rally (WRC). Su diseño robusto y su rendimiento en condiciones extremas lo convirtieron en un icono tanto en el automovilismo como entre los aficionados a los coches deportivos.
El 22B es un modelo limitado, y su producción fue de solo 400 unidades para Japón, lo que lo convierte en una pieza de colección muy buscada. A pesar de ser un coche de rally, el Impreza 22B fue sorprendentemente apto para la conducción diaria, con un rendimiento que dejaba una marca indeleble en la historia del automovilismo japonés.
El Toyota MR2 fue una de las primeras incursiones de Toyota en el mundo de los deportivos compactos. Con su motor central y tracción trasera, el MR2 ofreció una experiencia de conducción única para su época. A lo largo de tres generaciones, el MR2 mantuvo su esencia de coche de bajo peso y excelente balance, lo que lo convirtió en un favorito entre los aficionados a los coches deportivos.
En su versión Turbo, el MR2 ofreció un rendimiento impresionante, con un motor que entregaba más de 200 caballos de fuerza en su última generación. A pesar de su popularidad, Toyota dejó de producir el MR2, pero su legado perdura entre los entusiastas de los coches deportivos de los años 90.
El Honda S2000 es otro de los grandes favoritos entre los entusiastas de los coches deportivos japoneses. Con su motor 2.0L de 240 caballos de fuerza y una impresionante relación peso-potencia, el S2000 ofreció una experiencia de conducción pura y sin compromisos. Este roadster de tracción trasera es conocido por su increíble manejo y la fiabilidad que caracteriza a los productos de Honda.
El S2000 también se destacó por su diseño, con líneas elegantes y una postura baja que lo convertían en una de las opciones más deportivas de la época. Su motor de altas revoluciones y su capacidad para mantener un equilibrio perfecto en curvas lo hacían ideal para los conductores que buscaban emoción detrás del volante.
El Mazda MX-5 Miata es, sin lugar a dudas, uno de los coches más icónicos jamás fabricados en Japón. Con su diseño compacto, liviano y su configuración de tracción trasera, el Miata revolucionó el mundo de los roadsters a finales de los 80 y principios de los 90. Su atractivo radica en su simplicidad y en la experiencia de conducción divertida que ofrece. Con un motor pequeño y ágil, el Miata se ganó el corazón de los puristas de los coches deportivos. A pesar de su tamaño compacto, este vehículo fue capaz de ofrecer un rendimiento y una maniobrabilidad excepcionales en las carreteras.
El Mazda MX-5 Miata sigue siendo la opción favorita para quienes buscan un coche accesible, divertido y fácil de mantener. Además, su valor de reventa se ha mantenido fuerte, consolidándolo como una de las mejores compras dentro de los coches deportivos.
El Acura Integra Type R es considerado por muchos como uno de los mejores coches de tracción delantera jamás fabricados. Este compacto deportivo de Honda, bajo la marca Acura, se destacó por su rendimiento sobresaliente y su maniobrabilidad precisa. Equipado con un motor VTEC de 1.8L que entregaba 195 caballos de fuerza, el Integra Type R era capaz de alcanzar altas revoluciones, lo que lo hacía increíblemente divertido de conducir.
El Integra Type R no solo sobresalía en el rendimiento, sino también en su capacidad para competir en circuitos de carreras, lo que lo convertía en un coche de rendimiento completo. Hoy en día, el Integra Type R sigue siendo un clásico codiciado por los coleccionistas y entusiastas.
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