Para la Semana de la Moda de Milán de 2003, Mercedes-Benz se asoció con Giorgio Armani para crear un Mercedes-Benz CLK único. Desarrollado bajo la dirección del propio Armani, este coche buscaba reflejar el espíritu de ambas marcas: moderno, atemporal y ultra-elegante. El interior estaba cubierto con cuero "Cuoio", un tono popular en los años 40 y 50, mientras que el exterior tenía un acabado en un tono arena llamado "Sabbia". El resultado fue una edición limitada de 100 unidades, todas a la venta exclusivamente a través del programa designo de Mercedes-Benz.