El Hyundai Venue 2025 intenta posicionarse entre un turismo y un SUV, pero su planteamiento subcompacto termina penalizando claramente el espacio interior. A nivel dinámico, su rendimiento es simplemente correcto, con una aceleración de 0 a 100 km/h que ronda o supera los nueve segundos. Es un coche funcional para ciudad, aunque muy limitado fuera de ese entorno.
El Kia Soul 2025 resulta atractivo por precio, pero ese bajo coste se consigue a base de concesiones evidentes. Su motor atmosférico de 2.0 litros se queda corto para un SUV y el aislamiento acústico es deficiente, especialmente en autopista. A corto plazo ahorra dinero, pero a largo plazo puede dejar sensación de compra poco satisfactoria.
El Kona 2025 ofrece un precio competitivo, aunque la versión básica monta un motor de cuatro cilindros lento y poco refinado. Para obtener mejores prestaciones es necesario optar por la variante turbo, incrementando notablemente el coste. Además, su suspensión transmite con demasiada dureza las irregularidades del asfalto, afectando al confort diario.
El Jeep Compass 2025 presenta una tarifa atractiva, pero las concesiones son evidentes. La visibilidad exterior es limitada, lo que supone un problema de seguridad, y la disposición de los mandos resulta poco intuitiva. A ello se suma un nivel de ruido mecánico elevado, impropio de un SUV moderno.
El Hyundai Tucson 2025 destaca por espacio interior y tecnología, pero su comportamiento dinámico deja dudas. La transmisión resulta poco refinada, el balanceo de la carrocería es notable en carreteras reviradas y los frenos se sienten demasiado bruscos a baja velocidad. Además, la distribución de los mandos genera confusión incluso tras varios días de uso.
El Toyota RAV4 2025 acusa la falta de evolución tras varios años sin cambios significativos. Su motor ofrece prestaciones modestas y necesita más de nueve segundos para alcanzar los 100 km/h. La dirección, con un tacto impreciso y excesivamente ligero, resta confianza y precisión en conducción diaria.
Por su precio, el Nissan Pathfinder 2025 debería ofrecer una experiencia más gratificante. Su V6 de 284 CV cumple sin destacar, y la transmisión automática muestra dificultades al afrontar pendientes, negándose a reducir con rapidez. El resultado es un SUV correcto, pero carente de carácter y emoción al volante.
El MINI Countryman 2025, especialmente en versión eléctrica, resulta atractivo sobre el papel, pero decepciona en la práctica. Su autonomía de 212 millas queda por debajo de rivales más baratos, y su suspensión excesivamente firme penaliza el confort. Cada bache se transmite con demasiada crudeza al habitáculo.
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