Volviendo al futuro con el Aston Martin Lagonda.
En la tierra de los ángulos seguro el Aston Martin Lagonda sería Rey, lanzado al mercado en 1979, este peculiar y angular auto se destaca por sus formas extremadamente rectilíneas y la tecnología del tablero de controles, sumamente adelantada para su época.
La primera vez que me encontré con un Lagonda fue en un car show aquí en Miami, un típico show de barrio con los habituales Mustang, Camaros y Chevy Belair, tan populares en estos eventos, pero verlo personalmente y en ese entorno parecía aun más exótico y extravagante, necesitaba saber mas de esta monstruosidad de filosos y agudos ángulos.
El dueño, Keith Parker, sonriente, como reconociendo que hay que hacer un esfuerzo extra para tener tan mal gusto y comprarse un Lagonda, me comentaba tanto las virtudes como las desventajas de su auto, y era obvio que aunque caro, complicado y discutiblemente feo, este se había ganado su corazón de por vida.
Un verdadero visionario para su época, William Towns, su diseñador, llevó adelante este proyecto que por encargo de una desmejorada Aston Martin de mediados de los 70’s tenía la misión de intentar sacarla a flote y destacarse por encima de la dura competencia.
Armado con regla en mano y un diseño muy inusual, William presentó el Lagonda a los ejecutivos de Aston Martin que quizás con algunas reservaciones, accedieron a lanzarlo al mercado como el auto del futuro, un futuro que junto a los relojes calculadora, juegos Atari y novedosos Walkman, eran el amanecer y la promesa de los 80’s.
Ostentoso, angular y tecnológico.
Dicen que lo único redondo en el Lagonda (necesariamente) son las ruedas, pero si miramos mas de cerca, encontramos una carrocería hecha a mano con ángulos imposibles de estampar con una prensa hidráulica y una producción que requería 2200 horas-hombre por unidad, que se extendió hasta 1990 produciendo tan solo 645 unidades.
La mayoría de los pedidos provenían del Medio Oriente, por lo que se ganó la reputación de ser el auto favorito de Sheiks y magnates petroleros.
El Lagonda no tenía un motor particularmente avanzado, un V8 de 5.3 litros con una transmisión automática de tres marchas, buenos para 280 caballos.
Donde realmente se destacaba era en los relojes y el tablero de control, eliminado quedó cualquier vestigio de cuenta millas analógico y en su lugar la información la brindaba una computadora dotada de una variedad de tubos de rayos catódicos y LEDs controlados por botones táctiles, se comenta que el desarrollo de la parte electrónica fue cuatro veces más costoso que el diseño de todo el resto del auto.
Una distinción que terminó siendo su talón de Aquiles, ya que esta tecnología era propensa a errores, mal funcionamiento y sumamente complicada de reparar.
El regreso del Lagonda.
En 2015 fue lanzado un nuevo y rediseñado Lagonda Taraf, menos angular que su antecesor pero aún más ostentoso y avanzado, con una carrocería de fibra de carbono y motor V12 de 6 litros y 540 caballos.
El precio empieza en 1 millón de dólares, por supuesto una nueva generación de Sheiks ya están haciendo sus pedidos y así otra vez, el Aston Martin Lagonda recorre orgullosamente los caminos del desierto.
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