Javier Fueyo

Los pilotos de Porsche que toman parte en el serial de resistencia: FIA World Endurance Championship, categoría LMP1, no sólo llevan un volante en las manos mientras compiten, sino que en realidad tienen en su poder toda una computadora… o varias. Ellos operan un total de 24 botones e interruptores al frente, y seis palancas que se ubican en la parte de atrás de dicho volante. Sólo así es que se puede llevar en control el auto de carreras más complicado que haya fabricado Porsche en toda su historia.

Aunque se sigue llamando volante, ya poco queda de lo que para nosotros ha representado ese elemento a través de los años. Ahora tiene una forma rectangular y se asemeja más a un control de videojuegos o al timón de un avión. En el centro de este dispositivo de Porsche se observa una pantalla que entrega la información más importante al piloto: velocidad, el cambio en el que se lleva la transmisión, el modo de gestión del motor, el estado de carga de la batería de litio (no olvidemos que es un híbrido de última generación), etcétera.

Hay un botón que sirve para regular el volumen del radio de intercomunicación otro para los limpiaparabrisas. Los que más se utilizan están colocados en ambos lados, en la parte más alta, para así facilitar el acceso con los dedos pulgares. El botón del lado derecho arriba, es de los más utilizados ya que es la luz que flashea y que avisa a los autos más lentos en pista que un Porsche está cerca.

Del otro lado, el botón rojo es igualmente socorrido ya que al presionarlo se recibe un “boost” de potencia por parte de la batería. También desde el volante se puede gestionar la cantidad de potencia que necesita el auto en el eje delantero y en el trasero. Del lado derecho, el botón rojo (penúltimo de arriba hacia abajo) es el que restringe la velocidad mientras se circula por los pits (sería complicado llevar el auto a una velocidad constante sólo con el pedal del acelerador).

Algunos otros de los interruptores ayudan a regular la potencia de la frenada, el control de tracción bajo distintas condiciones climatológicas así como la estrategia a utilizar con la mecánica híbrida.

Para que los switches sean más reconocibles en la noche, están pintados con pintura fluorescente y el piloto cuenta con una lámpara de luz negra en la parte de arriba de su casco.

El volante está fabricado en fibra de carbono y lleva una cobertura que impide que se resbale de las manos de los pilotos aunque esté lloviendo.

En cuanto a las paletas o manetas que se encuentran en la parte trasera del dispositivo, las dos principales sirven para cambiar las marchas (arriba-derecha/abajo-izquierda). Otro par de manetas sirve para regular el embrague, y otras dos sirven para incrementar la potencia y para regular de forma manual la recuperación de energía por medio de las frenadas.

Como se puede observar, no todo es sentarse en el auto, echarlo a andar y acelerar. El ser un piloto de calidad en la época moderna exige mínimos de intelecto y mucho estudio.