Poco se sabe de cierto sobre el futuro auto presidencial, a menudo referido como Cadillac One. Los servicios secretos mantienen un riguroso silencio sobre cualquier detalle del vehículo. Ni siquiera que vaya a haber una nueva limusina es una certeza, aunque parece lógico pensar que con el cambio de mandatario se producirá un cambio de auto. GM tampoco da ninguna pista sobre el desarrollo, por lo que todo lo concerniente a este asunto es fruto de especulaciones y de alguna que otra fotografía espía.
Según el diario Boston Globe, el auto del presidente será, de nuevo, un Cadillac a medio camino entre el DTS preparado para Bush y el GMC Topkick, un vehículo comercial semipesado con una gigantesca plataforma. Quizás se conozca más por ser el vehículo en el que se basó el personaje Ironhide de la película Transformers.
La suposición surge tras la publicación de unas fotografías espía, en las que se veía una mula de la nueva limusina, junto a dos GMC Topkick. Incluso, se podía adivinar que el auto de pruebas montaba unos neumáticos Goodyear Regional RHS, de 19,5 pulgadas, los mismos que llevan los Topkick.
De datos, especificaciones y blindaje también debemos especular. Ventanillas de cinco pulgadas de grosor, carrocería a prueba de bombas, inhibidores de teléfonos celulares, cristales ahumados, etc. son elementos lógicos en un auto concebido para proteger al presidente. Por ejemplo, el Cadillac DTS del presidente Bush, la limusina presidencial más segura de la historia, los incluye.
Por ese mismo motivo, debemos esperar que la limusina presidencia no sea una, sino varias por motivos de seguridad. En el año 2000, el presidente Bush acudió a Pakistán con 5 señuelos idénticos. Entre eso y las lunas tintadas era imposible saber en qué vehículo se encontraba.
Y, por último, si queremos hacernos una idea analizando viejas limusinas presidenciales, te tenemos que avanzar que es casi imposible. El servicio secreto suele destruir cualquier vehículo relacionado con la Casa Blanca que esté en desuso. Y lo hace por varios métodos: explosionándolo, enterrándolo en tierra, hundiéndolo en el mar, etc.
Incluso, cuando alguno se libra de ese afán destructor, se vigila con todo celo que nadie pueda obtener información. Tal es el caso del Cadillac Fleetwood del presidente Clinton, que está exhibido en la Biblioteca Presidencial Clinton de su ciudad natal, Little Rock. El servicio secreto no ha dado jamás las llaves a los encargados del edificio, en un intento por evitar que cualquiera pueda subirse a la limusina.
La creatividad no tiene límites en el mundo automotriz, y aunque nos admiramos ante las nuevas tecnologías que permiten crear carros cada vez más eficientes o elevar la conectividad dentro del vehículo a niveles inimaginables, no nos queda más remedio que sorprendernos cuando encontramos rarezas como estas. Te presentamos las diez limusinas más extrañas del mundo.
Cuando Barack Obama se posesione oficialmente el próximo 20 de enero, no sólo tomará el cargo máximo, todas las habitaciones y despachos de la Casa Blanca, una buena cantidad de bienes y un jugoso cheque mensual, sino que estrenará una limusina hecha por Cadillac, estrictamente para la presidencia de los Estados Unidos, y que entre otras curiosidades, será un bunker sobre ruedas.
¿Es un Cadillac DTS estirado? ¿Es un camión? ¿Es el Ironhide de Transformers? Nada de eso, se trata de la limusina de Obama. Ya te habíamos dado algunas pistas sobre el Cadillac One, ahora te traemos más detalles sobre el futuro vehículo del presidente electo, cortesía GM.
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