Cuando Mazda presentó el CX-50 en 2023, muchos asumieron que sería el reemplazo definitivo del CX-5 en el mercado estadounidense. Este modelo era ligeramente más grande, con un estilo más robusto, ideal para los amantes de las actividades al aire libre. Sin embargo, la marca sorprendió al mantener ambos SUV en su oferta, argumentando que cada uno se dirigía a diferentes tipos de compradores: el CX-5 para los urbanos y el CX-50 para los aventureros. A pesar de las similitudes, Mazda cree que ambos modelos pueden coexistir en el mercado sin problemas.
El argumento de Mazda para ofrecer estos dos modelos es simple pero efectivo: cada uno tiene un público distinto. Según Stefan Meisterfeld, vicepresidente de planificación estratégica de Mazda, el CX-5 está diseñado con un enfoque más urbano y sofisticado, mientras que el CX-50 es el SUV ideal para quienes buscan aventuras al aire libre. Las diferencias de estilo, como el diseño más vertical y elegante del CX-5 frente al enfoque robusto y deportivo del CX-50, permiten a Mazda subsegmentar a los clientes y llegar a diferentes grupos de consumidores con preferencias distintas.
El segmento de SUV compactos sigue siendo uno de los más demandados en Norteamérica, y Mazda lo sabe. A pesar de tener modelos similares en su oferta, ambos SUVs están teniendo un rendimiento notable. En 2024, Mazda vendió 134.088 unidades del CX-5 y 81.441 unidades del CX-50, lo que representa más del 50% de todas sus ventas en los Estados Unidos. El crecimiento de las ventas del CX-50 y la popularidad continua del CX-5, incluso con el modelo actual sin grandes renovaciones desde 2022, demuestran que no hay canibalización entre ambos modelos, sino una coexistencia exitosa.
Si bien Mazda aún no ha alcanzado las cifras de ventas de gigantes como Honda y Toyota, quienes han vendido más de 200.000 unidades de sus modelos CR-V y RAV4, respectivamente, sigue manteniendo una fuerte presencia en el mercado de SUVs. Meisterfeld sostiene que el segmento está lo suficientemente maduro como para albergar múltiples modelos, y Mazda está aprovechando esta oportunidad para satisfacer tanto a los compradores urbanos como a los aventureros. La subsegmentación de clientes es clave para la marca, ya que tanto el CX-5 como el CX-50 mantienen su demanda en diferentes nichos.
El CX-5 ha sido un éxito mundial para Mazda, y la compañía no está dispuesta a abandonarlo. Aunque el CX-50 es más específico para Estados Unidos, Mazda sigue confiando en que ambos modelos pueden coexistir sin afectar sus ventas globales. Además, el CX-50 se fabrica en una planta estadounidense, lo que permite mantener un precio competitivo. En resumen, Mazda está apostando por no poner todos los huevos en la misma canasta, y su estrategia de ofrecer dos modelos con características y públicos objetivos diferentes parece estar funcionando en EE. UU..
Mazda tiene claro que puede satisfacer a diferentes tipos de clientes, con un enfoque adaptado a sus necesidades, sin que uno interfiera con el éxito del otro. La marca parece tener suficiente espacio para seguir creciendo en el competitivo mercado de SUV compactos.
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