Miedo a lo desconocido.
En cierto modo plantearse la compra de un auto eléctrico 100% es algo parecido a lo que le sucedió a los que tuvieron que dar el salto de su carro de caballos a un motor de combustión interna. Los caballos eran confiables, comían, dormían, tiraban del carro y de vez en cuanto había que llevarlos al veterinario, el equivalente a visitar hoy al mecánico. No sean mal pensados, les vino a la cabeza la imagen del veterinario disparando al auto, algo que algunos mecánicos parecen hacerles a nuestros autos. Salvando clarísimas diferencia de movilidad general en la sociedad, hay algo de nosotros que nos impide dar el salto al auto eléctrico salvo que tengamos un perfil más aventurero que la media de los consumidores.
Me parece buena idea de Kia romper paradigmas con un auto con alma, con alma westy, me imagino un montón de Soul por las calles de San Francisco, en el Silicon Valley en un statement de modernidad.
En casa tenemos debilidad por el Soul, no en vano es el auto de la familia, mejor dicho, de la aupair y de los niños. En el nos movemos todos cuando no hay otra opción, y desde el primer día nos pareció “cute” a la vez que capaz y confiable.
La llegada del Soul eléctrico fue un acontecimiento. ¿Qué autonomía tiene? ¿Lo puedo llevar a la oficina? Claro, con más de 80 millas de autonomía en el display no debe haber problema. Los que hemos manejado vehículos a motor desde quinceañeros, cuando nos faltaba dinero para repostar, tenemos claro lo que significa quedarse tirado con la moto o con el auto. Se imagina quedarse sin batería e ir pidiendo un enchufe a algún samaritano? Pensándolo bien parece más fácil que pedir gasolina puerta por puerta, y no digamos gasolina con aceite (cuando manejábamos 2 tiempos). Tengo que confesar que no me atreví a llevarlo al límite y no tengo la experiencia de cómo actua el auto cuando se va quedando sin gasolina, perdón, sin batería, pero puedo dar por sentado que tendrá todo tipo de alarmas. Al final, más que ningún otro, los autos eléctricos son computadoras con ruedas.
En el lado más positivo de la balanza están los 105 MPGe, que se convierten en 120 en ciudad y siempre que no abuse de la curva de par completamente plana (los autos eléctricos lo dan todo desde la primera revolución del motor). Acelera, no echa de menos nada y se mide con cualquiera en velocidad. Una opción sin duda muy válida para el transporte diario. Haz clic AQUÍ para que sepas qué son las MPGe.
Desde luego el precio es otra potente barrera de entrada. Casi 37,000 USD en la etiqueta asustan a cualquiera, solo los rebates gubernamentales (7,500 USD a nivel Federal) le pueden ayudar a tomar una decisión final.
Calentando motores al Auto Show de Chicago