A primera vista sobresale su aspecto exterior que muestra una estética bastante diferente con respecto al modelo normal. Lo más destacado en este rubro es sin duda la significativa reducción en la distancia al suelo y, una defensa delantera que presume unas entradas de aire verdaderamente grandes similares a las del modelo Clubman JCW.

En cuanto al sistema que propulsa a esta “mula” todavía no se sabe nada, sin embargo si las pegatinas situadas en las puertas dicen la verdad, no sería raro sospechar que Mini este utilizando uno de sus reconocidos motores de combustión interna para desarrollar un sistema híbrido que se pueda implementar en un futuro en varios de los modelos de la gama.

Por el momento el vehículo en cuestión es toda una incógnita. No se sabe si los ingenieros están utilizando el modelo Clubman para desarrollar nuevas soluciones, si el modelo final será un Cooper, si la distancia al suelo se debe al peso del grupo de baterías o que.

Lo que si sabemos es que si al final Mini decide desarrollar y sacar a producción su modelo híbrido, marcas como Honda con su CR-Z, el cual a pesar de presentar una propuesta genuinamente original, carece de una plataforma realmente deportiva tipo hatchback como la de Mini.

Todo se resume en esperar y ver que es lo que se trae entre manos Mini con este auto.