Cuando Christian Meunier asumió el cargo de jefe de Nissan en las Américas a principios de año, no dudó en calificar la situación como “perdida”. Según sus declaraciones, la empresa carecía de una visión y dirección clara, lo que resultó en una falta de liderazgo y en una complacencia con los resultados mediocres. A esto se le suman cinco pérdidas trimestrales consecutivas y el cierre de fábricas clave a nivel mundial, lo que refleja una crisis de grandes proporciones. Para revertir esta decadencia, Meunier comenzó a tomar medidas drásticas, como el regreso obligatorio de los empleados a la oficina, para fomentar la colaboración y resolución de problemas.
El estancamiento de Nissan en el mercado estadounidense
Las cifras de ventas de Nissan en EE.UU. hablan por sí solas: en la última década, sus ventas han caído un 40%, y su participación de mercado se ha reducido al 6,4%. A pesar de contar con modelos sólidos como el Leaf y la Frontier, Nissan ha sido lenta en actualizar su línea de vehículos, especialmente en el segmento de camionetas medianas, un área que sus competidores como Toyota han sabido explotar con éxito. Además, el fabricante japonés no ha logrado integrar una tecnología híbrida efectiva en el mercado estadounidense, lo que ha dejado a la marca atrás en un momento clave de la industria.
La reestructuración comienza con la retroalimentación del cliente
El principal reto de Meunier es recuperar la lealtad de los consumidores en un mercado altamente competitivo. Para ello, la compañía está planeando cambios importantes, como el lanzamiento de versiones híbridas de su crossover más popular, el Rogue, y la posible reintroducción de modelos clásicos como el Xterra. Según Meunier, Nissan debe volver a conectar con lo que hace única a la marca: la “accesibilidad, diversión y durabilidad”. Sin embargo, también reconoce que la falta de relación directa con los concesionarios ha sido un factor clave en el estancamiento de la marca.

Un largo camino hacia la recuperación
La tarea de Meunier es ardua. Aunque ha comenzado a ver algunos signos de recuperación, como el aumento de la participación de Nissan en las ventas minoristas de EE.UU., aún queda un largo camino por recorrer. Para lograrlo, la marca necesita aumentar su cuota de mercado al menos al 7-8% para mantener una red saludable de concesionarios. Si Meunier no logra atraer a más consumidores y recuperar la competitividad de Nissan, la marca podría verse obligada a reducir el número de concesionarios y replantear su presencia en el mercado estadounidense.