Nissan Versa 1.6 Sedán: prueba de manejo

El segmento más demandado por el consumidor estadounidense, el de los sedanes de tamaño medio, tiene en ...
29/07/2009

Javier Fueyo

Probamos, en esta ocasión, un ejemplar de la familia Versa sedán de Nissan, el auto que,por sólo 20 dólares, perdió el pasado noviembre el honor de ser considerado el más barato de América a manos del hatchback Hyundai Accent GS Base. Nosotros ya manejamos el modelo coreano hace un par de meses y, al menos, en esta ocasión Nissan nos facilitó el acabado inmediatamente superior al del Versa base que sí contaba con aire acondicionado y que incrementaba el costo del modelo justamente en 1,000 dólares, para dejar el precio final en 10,995 dólares, a los que sumar 695 de gastos de envío.

Interior y dimensiones
El Nissan Versa es considerado un sedán de medio tamaño. Sus 102.4 pulgadas de distancia entre ejes y 176 de longitud lo aproximan más a un Honda Civic que a un Honda Accord, a un Toyota Corolla que a un Toyota Camry o a un Ford Focus que a un Ford Fusion, por poner tres ejemplos. Eso sí, su precio de partida es notablemente inferior al del resto de competidores.

Una de las características que más nos ha llamado la atención exteriormente es su elevado perfil, que, con 60.4 pulgadas de altura, destaca más si tenemos en cuenta que los tres rivales anteriormente mencionados no llega ninguno a las 59 pulgadas –el Civic, por ejemplo, se queda en 56.5-. Este hecho anticipa una obvia realidad: el espacio a disposición de la cabeza de los ocupantes es ingente y ningún pasajero adulto tendrá que viajar con la incomodidad que supone llevar algo torcido el cuello porque pega en la luneta trasera. Eso es algo que ya hemos notado en otros sedanes de su tamaño. 37.9 pulgadas de espacio avalan nuestro comentario.

El otro hecho destacable del Nissan Versa 1.6 Sedán es la desnudez de elementos que ya hemos anticipado en los momentos iniciales de esta prueba: con aire acondicionado sí, pero ya está. Austera y sencilla, la unidad que probamos no contaba con controles eléctricos, ni siquiera con un equipo de audio ni radio. Únicamente lo justo en materia de seguridad y de confort, y el ABS que montaba venía en opción junto con la asistencia electrónica a la frenada. Ni que hubiera sido ensamblado en la antigua Esparta.

Solidez espartana
Esparta, en la antigua Grecia, no sólo fue respetada en su tiempo, sino que aún en nuestros días causa admiración por aquella sólida civilización sustentada por la educación, por la fortaleza física y espiritual de su gente y por una inusual equidad entre hombres y mujeres. Los espartanos no se deslumbraban con el lujo y jamás caían en excesos de comida o bebida; mesurados y sensatos, constituían un pueblo prácticamente imbatible.

Algo similar sucede con el Nissan Versa sedá. A primera vista este sedán no ofrece ni un elemento que estremezca las pupilas. Sin embargo, sus 102.4 pulgadas de distancia entre ejes están aprovechadas al máximo. El frente corto y la parte trasera más sobresaliente ayudan a la fluidez de las líneas, que rematan en faros de halógeno con las formas tradicionales del fabricante. En conjunto, no logra que ningún cuello se rompa para voltear a mirarlo, pero su imagen es agradable y armónica.

La buena disposición continúa en el interior, como señalamos notablemente espacioso para las dimensiones del auto.

La impresión que transmite el Versa se resume en una palabra: simplicidad. Al igual que ocurre en el exterior, por dentro todos los detalles se han “limpiado” a conciencia, de modo que es casi imposible encontrar algún elemento que no surja de un motivo práctico. Así ha sido diseñado el Nissan Versa 1.6, como un auto confiable y eficiente, pero sumamente asequible; en orden de lograr este objetivo, los “lujos” quedan fuera de discusión. Quizás lo único que se podría señalar sería la ausencia de cerradura en la puerta del copiloto, una delicadeza que no sería muy costosa y ahorraría potenciales acusaciones por “poca caballerosidad”.

Base o no base, he aquí la cuestión
Conocido como Tiida en otros mercados, el Versa también sorprende por la buena cantidad de variantes a disposición del consumidor estadounidense. Dos carrocerías, dos motores y cuatro niveles de acabado (Base, sedán a secas, S y SL) proporcionan al cliente un buen surtido, acrecentado, además, por un razonable buen número de paquetes opcionales y de extras que comienzan, incluso, desde la sobria versión Base.

Durante la prueba del Hyundai Accent GS Base, el auto más barato de América, hicimos hincapié en una pequeña trampa de mercadotecnia por parte de la marca coreana, basada en la imposibilidad de añadir ningún extra a este auto. Es decir, que cuando te compras un Accent Base, este se queda como está, sin aire acondicionado, sin radio y sin nada. El que desee algún elemento opcional tendrá que comprar el siguiente Accent en el orden de precio, el denominado GS a secas.

Con el Nissan Versa ocurre algo diferente. Bien es cierto que la versión Base no lleva acondicionado y que, cuando pides un Versa con aire acondicionado esta versión cambia de nombre comercial; pero también lo es que, en la práctica, el Versa 1.6 Sedán es un Versa 1.6 Base con aire acondicionado y, además, cuenta con la posibilidad de añadir extras.

Hecha esta pequeña aclaración, debemos señalar que carecería de importancia, si no nos hubiera servido para constatar que el Nissan Versa 1.6 con aire acondicionado sale más barato que el Hyundai Accent con aire acondicionado: 10,990 $ frente a 11,070, 80 dólares nada más, pero suficiente para revertir el título de auto más barato de América, porque ¿quién se va a comprar un auto sin aire acondicionado?

Motor y comportamiento
Dejando a un lado estos debates que pueden sonar a demagógicos, retomaremos nuestra prueba de manejo donde la dejamos, hablando las versiones mecánicas del Versa.

Existen dos motores, un 1.8 de 122 HP, tanto para la carrocería sedán como para la hatchback, y un pequeño 1.6 de 107 HP, únicamente disponible en los sedanes más baratos, como la unidad que probamos. Se trata de un cuatro cilindros no novedoso en la gama de Nissan, sino en la familia, porque la compañía japonesa decidió incorporarlo al Versa el año pasado para rebajar el precio del auto y situarlo por debajo de esos 10,000 dólares; un excelente movimiento de marketing que, enseguida, fue secundado por Hyundai con su Accent.

Los 107 caballos del 4 cilindros no parecen gran cosa, pero acoplado a una transmisión manual de cinco velocidades, con una palanca que inserta las marchas de manera rápida y precisa y un peso de 2,521 libras, nada más, empuja más de lo que, en un principio, al leer la hoja de especificaciones técnicas hubiéramos supuesto. No seremos tan osados para decir que el Nissan Versa 1.6 sedán se mueve rápido como una liebre, pero afirmaremos que está a años luz de una tortuga. Y no nos cansaremos de decirlo: la sensacional caja de cambios manual permite jugar a sentirnos una especie de piloto de carreras en un carro de 11,000 dólares cuando se pone la luz verde del semáforo. Es una sensación reconfortante y divertida a la vez.

Cuando dejamos de exprimir al máximo esos 107 caballos del motor y sus reducidas 111 libras pie de torque, el motor se muestra sorprendentemente silencioso; tiene un girar que podríamos tildar de refinado, si no fuera por el hecho de que esos 11,000 dólares están grabados en nuestro cerebro e impiden ser tan atrevidos en nuestras afirmaciones.

Realmente, un automóvil como el Versa no necesita potencia, torque, entrega o refinamiento. A un modelo de sus características se le pide que sea económico con la gasolina, en consonancia con su irrisorio precio. ¿Y el Versa lo es? Entendemos que sí, que sus 26 mpg en ciudad y 34 en carretera son un argumento de compra válido, aunque el dato no es deslumbrante, habida cuenta de que ya hay en nuestras carreteras vehículos de gasolina que alcanzan las 36 y 37 mpg por galón. ¿Pero qué queremos? ¿Un auto amplio, funcional, barato y que además cuente con un motor frugal de última generación dotado de las más novísimas técnicas para el ahorro de combustible? Eso ya sería de ciencia ficción.

Conclusiones
Se podría discutir si el Nissan Versa sedán, el segundo auto más barato de América, se encuentra en desventaja con el primero, el Hyundai Accent hatchback. Es cierto que el diseño exterior con aires deportivos del Accent le otorga cierta superioridad, así como su carrocería hatchback que ofrece más espacio de carga; todo esto comparado con las discretas líneas de sedán del Versa. Y, suponiendo que optamos por las versiones con aire acondicionado ambos ofrecen prácticamente lo mismo en materia de dotación –entre otras cosas, luces de apagado automático, limpiaparabrisas de funcionamiento ajustable o apoyabrazos-, pero con un aire más moderno en el auto coreano.

Sin embargo, hay una cuestión que nos mantiene dubitativos y es la capacidad de sorpresa. Cuando ambos fabricantes lanzaron, casi paralelamente, los autos más baratos de América al mercado, en Myautomovil.com nos preguntamos cuál nos sorprendería más. Apostamos por el Hyundai, quizás influenciados por su carrocería hatchback y aires deportivos. Pero una vez probados los dos, tenemos que decir que el Versa ha cambiado nuestras percepciones: la tremenda caja de cambio manual, el amplio interior y sus alegres 107 HP, unido, por supuesto, a sus 11,000 dólares de precio nos han terminado por enamorar. Detalles como los cuatro reposacabezas, cuando está homologado para cinco pasajeros, el incómodo mullido del asiento de las plazas traseras o la falta de reglaje en altura para el asiento del piloto, no empañan el desempeño final de un producto increíblemente inteligente en una industria del automóvil plagada de decisiones estúpidas.  

Es decisión personal de cada uno optar por uno u otro. Pero, en nuestra opinión, las candilejas del Accent no son suficientes para deslumbrarnos tanto que no podamos apreciar las sólidas cualidades del Versa. Y tampoco nos impresiona el título del “auto más barato de América”, los 20 dólares de diferencia que hay entre uno y otro, no completan un depósito de gasolina de ninguno de los dos; al menos, no en estos días.

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