Rodrigo Buendia

El Lincoln MKZ recibe una actualización de media vida en el que se olvida de las formas orgánicas y de la parrilla de “alas divididas”, lenguaje de diseño que la marca está abandonando tras sólo cinco años.

Ford espera que con esta actualización haya más distancia entre el MKZ y su hermano el Fusion. El nuevo sedán de Lincoln toma claves de diseño del concepto Continental, el cual a su vez recibía descarada inspiración de modelos.

La mayor novedad es el motor V6 3.0 biturbo de 400 caballos y 400 lb-pie de par, repartidos a las cuatro ruedas gracias a un sistema de tracción total derivado del Focus RS;  esta variante mecánica de momento será exclusiva para Lincoln, dejando atrás al 3.5 Ecoboost que hemos podido ver en varios modelos de Ford y su filial de lujo. Las variantes de tracción delantera ofrecerán 350 caballos y las mismas 400 libras-pie.

El V6 de 3.7 litros ajustado por Mazda se despide, mientras que las variantes de acceso tendrán un 2.0 litros turboasistido con 245 caballos, independientemente si la tracción es delantera o total.

De momento no se habla si seguirá primando la comodidad en el ajuste de suspensiones, o si la variante de 400 caballos es más un rival de sedanes grandes con motor V8, o un verdadero rival del M3, aunque cuenta con pinzas de frenos negras, rines de 19 pulgadas, asientos con contorno multiconfigurable, acabados en símil de fibra carbono y un sistema de amortiguación controlada con Dynamic Torque Vectoring.

También habrá un 2.0 atmosférico con asistencia híbrida, aunque no se dan cifras de potencia, por lo que deberá seguir ofreciendo los mismos 188 caballos.