El Chevrolet Camaro, pertenece a la tríada de “muscle cars” o autos potentes que ha sobrevivido los tiempos modernos. Acompaña al Ford Mustang y el Dodge Challenger en esa categoría, y a pesar de ser el tercero en la más reciente lista de ventas, no está exento de méritos que bien lo equiparan o incluso supera a algunos de sus competidores. Este año llega refrescado en su sexta generación, que debutó en el 2016.
El estiramiento facial exterior ha resultado controvertido. Suele ocurrir con el tipo de autos que congregan fans de corazón, que muchas veces no toleran cambios radicales. El mayor cambio se encuentra en el modelo SS como el que reseñamos, que ahora presenta una barra negra masiva en la parte frontal. Para los que no les ha agradado el cambio hay buenas noticias, porque Chevy está al tanto de las críticas, y ya está trabajando para hacer cambios.
Los faros se han rediseñado con nuevos acentos LED que fluyen hacia la rejilla, y las luces traseras vuelven a la disposición clásica.
La cabina del Camaro SS es envolvente, y no necesariamente en el buen sentido. Instalado en el asiento del conductor los umbrales altos te hacen sentir como si estuvieras sentado en las profundidades del vehículo, con grandes cuartos traseros y pilares C que dificultan un poco de visibilidad trasera.
En el caso del convertible como el de nuestra prueba, la visibilidad es aún peor si no levantas la cubierta. Por suerte entre las adiciones de este año se encuentra un espejo retrovisor digital, que ayuda mucho a remediar esos puntos ciegos notorios. La cabina, discreta por su color y acabado, está bien equipada, con molduras de aluminio real bordeando la puerta y el panel de instrumentos.
El concepto de diseño interior es sencillo, colocando al conductor en un espacio sin demasiados lujos, pero con comodidad al menos al frente. Los asientos traseros como en la mayoría de estos autos, solo aprovechables para llevar un portafolios o un jaket.
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5 segundos.
La nueva Mexican 500 se realizará en Mexicali, Ensenada y San Felipe a finales de septiembre.
La Fórmula 1 corre en Alemania rodeada de escepticismo hacia Pirelli, quien asegura dará buenos productos para que no pase lo de Silverstone.