El Volkswagen Golf no es en Estados Unidos el fenómeno de masas que es en el resto del mundo. Más de 26 millones de unidades comercializadas a lo largo de sus 36 años de vida demuestran que nos hallamos ante superventas del estilo del Corolla o las F-Series, precisamente los dos modelos que le anteceden en la lista de automóviles más vendidos de la historia. Aquí, en el mercado americano, es un producto respetado, un hatchback de primera línea y un producto esencial en la estrategia de Volkswagen, pero nunca ha llegado a las cifras esperadas, como demuestran los cambios de denominación continuos (Rabbit, Golf, vuelta al Rabbit y definitivamente Golf).
Con la llegada de la sexta generación y tras un año 2008 caracterizado por la subida de los precios del galón de gasolina y un 2009 de crisis global, los gustos del consumidor necesariamente han variado y productos como el Golf a buen seguro que tendrán un mayor hueco en nuestro mercado. ¿Podemos decir que ha llegado la hora para este superventas en lo Estados Unidos? Atributos tiene.
Espíritu Golf
Frente al anterior Golf (Rabbit aquí en USA) -criticado por muchos por aportar poco, muy poco, en la exitosa historia del hatchback- cambia ostensiblemente, pero mantiene su filosofía inalterada. Para ello Volkswagen ha "agitado" al anterior Golf y le ha dado unos toques muy sutiles procedentes de su prestigioso sedán Passat. Así, sobre la plataforma del modelo precedente ha hecho un esfuerzo notable de adelgazamiento para rebajar el peso del carro sin perder un ápice de rigidez estructural. Todo lo contrario: con empleo de aceros de alta resistencia ha optimizado su chasis monocasco para que sea a la vez más ligero y más duro.
Paralelamente, ha mejorada su equipamiento y su imagen externa e interna, con detalles de un sedán Premium como el Passat. Y, finalmente, lo ha aderezado todo con mecánicas y transmisiones actualizadas y aún más respetuosas con el medio ambiente.
Más espacio
El adelgazamiento de la estructura y la adaptación de la plataforma, ahora algo más ancha que el Golf anterior ha tenido como consecuencia una mejora notable de la habitabilidad, excelente en casi todas sus cotas.
Estéticamente, el Golf MKVi nos parece más proporcionado, con aristas y líneas bien marcadas y un capó más alargados, dos acciones que junto a unos faros traseros llamativos contribuyen a dinamizar todo el conjunto. Es cierto, uno puede pensar que son nada más que trucos para crear una ilusión visual que no es tal. Sin embargo, si decimos que el cociente aerodinámico es de 0,31 creemos que queda bastante justificada la opinión de que el nuevo Golf es un carro dinámico.
Un aire al Passat
A bordo no podemos dejar de pensar en el Passat. Para empezar, la insonorización es propia de sedanes de primer nivel. Además del mencionado trabajo sobre la aerodinámica, se consigue también con el grosor de los vidrios y el añadido de una capa aislante intermedia en el parabrisas, la mejora de los sellados y la utilización de eficaces elementos amortiguadores en las zonas de fricción.
Y seguimos con el Passsat. La amplia consola central con un panel de instrumentos sobrio pero funcional es similar a la de aquel. El tacto de los materiales es, sin duda, agradable y la luz de ambiente es ahora de un delicado tono blanco, mucho más clara y elegante que en la generación anterior. El volante, con mandos integrados procede también del Passat.
La consola central acomoda en su parte superior las tomas del aire y el equipo de audio – y, más abajo, unos elegantes mandos para el climatizador y otras funciones. Justo delante de la palanca del cambio, se encuentran todos los botones de control de las ayudas dinámicas.
Los paneles de las puertas delanteras puertas llevan amplios huecos para colocar objetos relativamente grandes. Bajo el asiento del pasajero puede ir una útil gaveta y en el techo, según versiones, hay un receptáculo para gafas.
Motor y bastidor del nuevo Volkswagen Golf
De las tres versiones mecánicas que se venden en USA, la convencional, la turbodiesel y la GTI -con el motor turbo de gasolina de 200 caballos- hemos probado la primera animada por el viejo conocido propulsor de cinco cilindros en línea de 2,5 litros, 170 caballos y 177 lb-pie, convenientemente adaptado a los nuevos y ecológicos tiempos. Ahora, acoplado al Golf de sexta generación rinde 23 mpg en ciudad y 30 en carretera, por los 21 / 29 del Rabbit.
Nuestra unidad de pruebas montaba otro viejo elemento compartido con el anterior Rabbit: la transmisión. Se trata de un habitual en Volkswagen cambio automático Tiptronic de seis velocidades. Con este conjunto, el nuevo Golf es capaz de hacer el 0 a 60 mph en 8.1 segundos.
Sí importante es el motor, más lo es el bastidor del nuevo Golf. En el primero no nos hemos detenido mucho, puesto que es un propulsor bastante conocido. Pero sí lo haremos en este segundo apartado, puesto que el trabajo hecho por Volkswagen aquí es notable y ha dado como resultado un vehículo que sigue sorprendiendo a todo el mundo por su extraordinario dinamismo, pero que añade ahora unas dosis de confort que, sin duda, gustarán mucho en nuestro mercado.
Así, el Golf VI comparte el mismo esquema de suspensión independiente McPerhson, delante, y multibrazo, detrás, que el anterior Rabbit. Y hasta ahí las similitudes. El resto ha sido alterado para dar como resultado un carro de manejo más refinado y más confortable, sin perder un ápice de su proverbial agilidad. Las ya comentadas mejoras en aerodinámica y en insonorización han contribuido a este cambio en la percepción, pero también una modificación en el tarado general de suspensiones que buscan algo más de confort. No obstante, recalcamos: en manejo dinámico, continúa siendo un bastidor firme y preciso en apoyo y agarre y que se sujeta bien en el paso por curva.
¿Qué y por cuánto?
Con un precio que inicia en 17,620 dólares y que se va elevando a medida que añadimos cambio automático y opciones variadas -eso sin contar, la versión turbodiesel o el deportivo GTI- no podemos decir que el Golf sea un carro barato. Todo lo contrario, se encuentra entre los más caros de su mercado, en la línea de los estéticos Mazda3 o Mini Cooper.
Ese es el precio que hay que pagar por obtener un producto diferente de una calidad muy superior a lo que estamos acostumbrados a ver aquí en los Estados Unidos y, exceptuando a los dos anteriores modelos y quizás a algunas versiones del Civic Coupe, sin apenas rivales.