Reino Unido y Quebec anuncian medidas restrictivas para la venta de vehículos de combustión interna, con lo que se suman a la tendencia de California y otras entidades y países que buscan cortar de tajo la emisión de contaminantes al medio ambiente ¿Estamos ante el principio del fin?
En días anteriores, el Reino Unido fue el último país en sumarse a una tendencia cada vez más global: la prohibición de los vehículos impulsados únicamente por motores de combustión interna a gasolina o diésel. Contrario a otros políticos conservadores de corte proteccionista, que han ido cancelando proyectos y regulaciones para reducir las emisiones, en pro del aumento de la quema de combustibles fósiles, el primer ministro británico Boris Johnson confirmó que en breve dará a conocer los pormenores de estas medidas. Se espera que sean muy cercanas a las anunciadas en Irlanda.
Aunque originalmente la prohibición de motores de combustión interna estaba contemplada para 2040, la fecha se ha movido a 2030. Los vehículos híbridos, por su parte se mantendrían vivos hasta 2035. La prohibición aplicaría únicamente para la venta de vehículos nuevos, pero se espera que también se emitan medidas restrictivas complementarias para la circulación. Esta medida se inserta en el proyecto para alcanzar un nivel de cero emisiones en 2050. Para respaldar el cambio hacia vehículos eléctricos, el Reino Unido realizará una inversión de 500 millones de libras esterlinas (unos 660 millones de dólares, MDD) para mejorar y ampliar la red de recarga a lo largo de las islas británicas. Aunque esta cifra podría llegar a los 12 mil millones, más las inversiones que realicen las propias marcas.
Actualmente, el mercado de los vehículos puramente endotérmicos representa el 73.6% de la venta de autos nuevos en el Reino Unido, mientras que los eléctricos puros a duras penas coparon un 5.5%, por lo que el cambio luce plagado de dificultades. Las marcas lo han percibido así, por lo que algunas como Toyota abogan por mayores plazos para vehículos híbridos, so pena de cancelar inversiones en la nación insular. Recordemos que los famosos taxis londinenses black cab se han traslado a electricidad desde hace unos años, de modo que no es la primera iniciativa británica para reducir emisiones, pero sí la más agresiva. Sin embargo, los aranceles por su salida de la Unión Europea podría complicar el proyecto.
Otros países también han lanzado o están considerando medidas restrictivas similares. Israel también prohibirá los autos a gasolina y diésel a partir de 2030. La propuesta aún se está analizando, pero se espera que se apruebe en unos meses. Además de vehículos eléctricos, para los que se planean 2,000 nuevos puntos de carga, el país de medio oriente también impulsaría los vehículos impulsados por gas natural. Dado que el segmento de los eléctricos es testimonial, se espera que se reduzcan drásticamente los impuestos sobre este tipo de autos para impulsar sus ventas. Escocia adelantaría la prohibición total para vehículos no eléctricos para 2032.
Otros países como Islandia, Suecia, Irlanda Dinamarca o los Países Bajos también tendrían prohibiciones similares para 2030, mientras que el plan de Noruega sería aún más agresivo: para 2025. Costa Rica, Egipto, Francia, Alemania, Singapur, España, Suecia o Taiwán también restringirán la venta de autos de combustión interna de aquí a 2050. India, el segundo país más poblado del mundo (por ahora), estudia que a partir de 2025 scooters y motocicletas de más de 150 cc sean sustituidos por modelos eléctricos y planea autos eléctricos para 2030.
No solo países, también ciudades y regiones enteras han anunciado medidas restrictivas para los vehículos de combustión interna. La más reciente es la provincia de Quebec, la segunda más poblada de Canadá. El gobierno local prohibirá la venta de vehículos a gasolina a partir de 2035, en el próximo lustro, Quebec realizará una inversión de 6,700 millones de dólares canadienses (unos 5,100 MDD) para reducir sus emisiones en un 37.5%. Columbia Británica también anunció medidas similares el año pasado.
No podemos dejar de mencionar el duelo que ha mantenido el gobierno de California con la administración de Donald Trump en cuanto a los límites de emisiones. El gobernador Gavin Newsom emitió una orden que prohíbe los autos a gasolina a partir de 2035, aunque ciertamente su infraestructura de recarga eléctrica es una de las más adelantadas del mundo. Los estándares de California cuentan con el respaldo de otros 23 estados más, que concentran la mayor parte del parque automotriz estadounidense, así como de fabricantes como Ford Motor Company, Volkswagen AG, Honda Motor, y BMW AG. De momento, la restricción no aplicará para vehículos usados endotérmicos.
Ciudades como Los Ángeles (para 2030) y Seattle (2035) también han anunciado medidas restrictivas futuras. Fuera de los Estados Unidos, otras grandes urbes como Londres, París, México, Copenhague, Barcelona, Vancouver, Milán, Quito, Ciudad del Cabo, Hamburgo o Auckland también restringirán la venta o circulación de vehículos impulsados por gasolina o diésel. En la cumbre de alcaldes C40 de 2016, Madrid, Ciudad de México, París y Atenas se comprometieron a prohibir los vehículos impulsados por diésel a partir de 2025.
La mayoría estas medidas son un acto de confianza, pues se espera que en el próximo decenio se incrementen sensiblemente los rangos de autonomía de los vehículos eléctricos. Al mismo tiempo que se reducirán los tiempos de recarga y el costo promedio de los autos a electricidad. Sin embargo, sin despreciar la reducción de emisiones que estas medidas conllevarán, no podemos dejar de contemplar que para que haya una mejora notable en el medio ambiente se debe de impulsar un esfuerzo global.
Así como el agujero en la capa de ozono no se formó únicamente por las emisiones de clorofluorocarbonos en la zona de la Antártida –si las hay-, el estado general del medio ambiente es responsabilidad de todos. Medidas como vehículos menos contaminantes, reducción de uso de plásticos de un solo uso, reducción del crecimiento poblacional o consumo responsable de ciertos elementos, en conjunto, contribuirán a un impacto más duradero. Realmente no necesitamos competencias de “yo tengo más luces de navidad”, menos en un año tan complicado como este.
Por supuesto, existen iniciativas globales como el Acuerdo de París, que busca implementar medidas de emisiones más rígidas cuando termine la vigencia del protocolo de Kioto, firmado en 1997. Sin embargo, como saben Donald Trump impulsó que los Estados Unidos abandonaran el acuerdo de manera unilateral en 2017. Es muy posible que la nueva administración de Biden eventualmente enmende esta y otras acciones, pero pareciera necesario que la Unión Americana adopte medidas que eviten vaivenes geopolíticos de este calibre en temas tan prioritarios.
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El estado de California reta una vez más a las políticas anti-ecologistas de Trump y prohíbe la venta de autos impulsados por gasolina a partir de 2035. Aún no se plantean restricciones para la circulación de vehículos de combustión interna.
Una camioneta ultra capaz en condiciones difíciles del terreno.
