Se trata de una llamativa pintura experimental, que está entre el color amarillo fosforito y el verde, y que por el momento sólo ofrecen en los Prius y Prius C del mercado japonés. Los clientes que quieran optar por esta nueva pintura tendrán que pagar un sobrecoste de unos 390 dólares, para poder disfrutar de sus beneficios.
Los estudios llevados a cabo por Toyota en Japón demuestran que la temperatura de la superficie del coche a pleno sol es de unos 5 grados inferior con respecto a una pintura convencional. Esto se consigue gracias a que esta nueva pintura tiene en su composición pequeñas partículas de titanio y carece de pigmentos negros de carbono, con lo que la absorción de calor – radiación infrarroja – se minimiza de forma considerable.
Toyota hace referencia a un estudio realizado en Japón, cuya conclusión es que si todos los autos del país usaran pintura con propiedades similares de refracción se ahorraría la emisión de 210.000 toneladas de dióxido de carbono al año. El principal beneficio de esta tecnología tiene que ver con la comodidad a bordo, ya que al no se calentarse tanto al sol, se minimiza las necesidades de climatización y no hará falta conectar el aire acondicionado a plena potencia en días calurosos, con el consiguiente ahorro.
Estudios llevados a cabo por el Departamento de Energía de EE.UU., demuestran que las necesidades de refrigeración de un auto se reducen hasta en un 30% combinando pintura de alta refracción con superficie acristalada que refleje los rayos infrarrojos. Parece ser que Toyota, ha dado un nuevo paso en innovación automovilística con su nueva pintura. Ahora solo cabe esperar cuando llegará esta nueva pintura al resto de mercados.
Excelente trabajo hace el Grand Highlander absorbiendo las imperfecciones de la carretera.
