Los colmos de los automovilistas alrededor del mundo.
El automóvil es un invento maravilloso, pero también se puede convertir en una pesadilla sobre ruedas. A continuación te presentamos el Top 10 de las cosas que más odian los automovilistas. Cuéntanos cuáles son las cosas que menos te gustan cuando vas en un auto, ya sea manejando o como pasajero. Esto es el colmo.
1. El tráfico de las grandes ciudades.
En el año 2010, en el caso particular de México y basados en datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), en su apartado de Vehículos de motor registrados en circulación, el total era casi de 32.5 millones de unidades. En una Ciudad como la de México, se estima que en promedio los automovilistas pasan entre 20 y 24 horas a la semana a bordo de los autos. Viéndolo de manera más simple, un día de cada semana la pasan sentados en su coche. Bien vale la pena pensar en otras alternativas.
2. Los precios de la gasolina.
En pocos países hay tantas quejas y reclamos como en Estados Unidos por la tremenda alza que han sufrido los precios de los combustibles. Y no solo es el hecho de desembolsar más dinero cuando uno llena el tanque, no, el alza en el precio de los combustibles afecta a una gran cadena de distribución de productos que terminan por verse afectados en los precios.
3. Los oficiales de tránsito (imagen de portada).
Una de las quejas más constantes entre los automovilistas que viven en grandes ciudades es cuando los policías de tránsito se ponen a “dirigir” en los cruceros complicados. A pesar de que seguramente el “poli” tiene las mejores intenciones, se dice que los semáforos lo hacen mejor.
4. El mal estado de la superficie asfáltica.
Rines rotos, suspensiones averiadas, neumáticos pinchados, etcétera, son algunos de los resultados de los baches y el mal estado de la carpeta asfáltica (al menos en los países de Centro y Sudamérica… y México). Además, cuando la época de lluvias ataca, las cosas se ponen peores. El nulo mantenimiento de calles y carreteras queda en evidencia cada año durante las lluvias de verano. Mucho ojo al circular.
5. La falta de educación de algunos automovilistas.
Hay ciudades en donde más vale no “avisar” que vamos a dar vuelta porque entonces será una auténtica Misión Imposible. Aquella práctica equitativa de “uno y uno” es algo completamente desconocido en muchos lugares del mundo y es una de las principales razones generadoras del tráfico pesado. Hay que pensar que si vamos a intentar cruzar la calle, aunque el semáforo esté en verde, pero los autos están detenidos, no tiene ningún sentido avanzar. Esperemos lo necesario, pero no hagamos más grande el problema. Manejar bien es respetar a los demás automovilistas.
6. Los operadores de transporte público.
Sí, como dice el refrán: “crea fama y échate a dormir”. Puede ser que haya muchos operarios que son respetuosos a la hora de ir al volante, pero la fama que tienen es un detonador de las reacciones de los demás automovilistas. Con tal de subir más pasajeros son capaces de atravesar 3-4 carriles sin ni siquiera avisar. Son un peligro… la mayoría.
7. Algunos límites de velocidad que son “ridículos”.
Uno de los mejores ejemplos son las ciudades de los Estados Unidos. Entendemos que la seguridad es primero, pero también se suponen algunas faltas de criterio. Hay “autopistas” que van de un estado a otro y cuando se recorren por la noche acaban por ser más peligrosas por el hecho de quedarse dormidos al volante. Señores, habría que revisar los límites de velocidad como ya lo ha hecho el gobierno de Texas.
8. El precio de algunos estacionamientos.
Algunos de los mejores ejemplos se dan en la Ciudad de México. Muchos eventos se llevan a cabo en los lujosos salones de los grandes hoteles y lo que termina uno pagando resulta insultante. Por ejemplo, si uno va a una boda que empiece a las 9 de la noche y sale uno de ahí a las 4.30 de la madrugada, el total sería de 7.30 horas, que en realidad se cobran horas completas, entonces se pagarían 8 horas. En promedio la hora cuesta 100 pesos (8 dólares). Al final uno tendría que pagar unos 800 pesos (64 dólares) por un lugar de estacionamiento. ¡Un robo!
9. Apartar lugares de estacionamiento.
En gran parte de Latinoamérica se da este fenómeno. Hay gente que se dedica a “reservar” sitios para estacionarse en las calles, ¿a cambio de qué? DINERO. El problema real es que si uno no les quiere dar la cantidad que ellos fijan, es muy probable que cuando uno vuelva por su auto, éste tenga algún rayón en la pintura o un neumático pinchado.
10. Los engaños de los mecánicos.
Hay muchos casos en donde los mecánicos hacen su diagnóstico y deciden cuáles son las refacciones que hay que comprar para después hacer el cambio de piezas. Cuando hay que ir por el auto al taller uno se lleva grandes sorpresas como: “tuvimos también que cambiar dos cables de acá y un fusible de este lado”. Como la gran parte de los automovilistas desconocen los temas de mecánica, muchas veces son “presas fáciles” del mecánico. Vale la pena ir acompañados de algún amigo o familiar que sepa de autos.
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