Toyota le otorga un segundo aire a su modelo Matrix, al que a pesar de la veteranía de su plataforma, el cambio exterior le ha asentado bien para mantenerse vigente en un mercado exigente como lo es el de Estados Unidos. El rediseño del cual fue objeto el Matrix se enfoca principalmente en la carrocería, en donde la parte externa luce más juvenil y hasta con cierto aire de deportividad, esto gracias a los faldones que monta en las partes bajas laterales y frontales del auto. Los grupos ópticos y el capó ahora son más agresivos visualmente hablando, diseño que hace juego con la parte trasera, que del mismo modo, fue objeto de rediseño.
El interior se revisó y ahora los trazos del tablero guardan las formas de la anterior generación pero es mucho más ergonómico, además de que resulta agradable al tacto gracias a la utilización de nuevos terminados y tratamientos en los plásticos. En el ensamble de los mismos no hay quejas, además de que no existen ruidos ni rebabas en los materiales.
En materia de seguridad, el Toyota Matrix XR lo encontramos con doble bolsa de aire frontal, latearles y de tipo cortina, y frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS, así como control de tracción y estabilidad. Los asientos son cómodos, y el del acompañante se abate para dar pasó a una pequeña mesa para colocar diferentes objetos si es necesario trabajar en el auto.
En el apartado del motor, el Matrix en su versión XR, tiene un cuatro cilindros de 2.4 litros de 158 HP, acoplado a una caja tipo manual de cinco relaciones al frente -o automática de 4 opcional-, conjunto motor que mueve bien al auto, sobre todo en caminos sinuosos o subidas a montañas, llevándolo a una velocidad máxima de 112 mph. El consumo medio es bueno, otorgando una cifra de casi 29 mpg, nada mal para un auto que pesa casi las 3,000 libras.
La posición de manejo se ve privilegiada gracias al tipo de carrocería –hatchback– permitiendo al conductor estar un poco más arriba en el puesto de manejo, lo que facilita la conducción en tráfico intenso. El movimiento de la carrocería al entrar en caminos sinuosos es bueno, no se nota mucha inclinación, lo que se traduce en mayor confianza para sortear caminos de montaña o curvas cerradas. Los frenos son una de sus mejores cartas de presentación, ya que mostraron muy poca fatiga al momento de exigirles trabajo extra, consiguiendo el frenado total de 62-0 mph en tan sólo 130 pies.
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5 segundos.
La nueva Mexican 500 se realizará en Mexicali, Ensenada y San Felipe a finales de septiembre.
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