En el primer apartado, cada planta de poder de un monoplaza tendrá la dura tarea de competir durante tres fines de semana completos sin recambio. Esto quiere decir que cada auto sólo podrá usar ocho motores durante toda la temporada. Según la FIA, dicha medida tiene como objetivo reducir costos.

Aunado a lo anterior, el tren motriz podrá opcionalmente llevar el dispositivo KERS (Kinetic Energy Recovery System), el cual, tiene la tarea de guardar la energía que el auto genera durante las frenada para después reutilizarla como un Power Boost cuya fuerza ronda los 80 HP.

En cuanto a las gomas, Bridgestone proveerá a todos los equipos de nuevos neumáticos para seco (slicks) sin patrones ni marcas en su banda de rodamiento. Este es uno de los cambios más significativos dentro del gran circo, pues desde 1998 hasta al año pasado, todo F1 era calzado con gomas cuya banda de rodamiento contaba con cuatro canales longitudinales, lo que disminuía el agarre sobre todo en curvas. Evidentemente, este efecto será inverso con las nuevas ruedas.

Por último, las reglas sobre aerodinámica también han sido sometidas a una revisión. Tal cual estipula la nueva reglamentación, el alerón delantero tendrá una anchura máxima de 1800 mm y podrá ser ajustable durante la carrera por el piloto. Por su parte el ala trasera será 75% más delgada, 150 mm más alta y estará 330 mm retrasada con respecto a su homologa de 2008. Aunado a esto, todo elemento aerodinámico adicional a los dos elementos antes citados, está estrictamente prohibido.

Así, la escuadra japonesa pone sus cartas sobre la mesa. Con uno de los mejores presupuestos de la Fórmula 1 y un historial que ha venido sorprendiendo a propios y extraños sobre todo al cierre de la temporada pasada con un Jarno Truli como uno de los mejores clasificadores del gran circo a lado de un Timo Glock que casi le quita el campeonato de pilotos a Lewis Hamilton, el equipo de Colonia parece estar más cerca que lejos de su principal objetivo; ganar su primer gran premio de la máxima categoría.