Moisés Saldívar - @tu_tuiter

Este es el Blade, prototipo diseñado por la gente de Divergent Microfactories. No es la primera vez que una compañía promociona supercoches con un alto rendimiento (0 a 100 en 2.5 segundo, 700 caballos de fuerza), o arroja la promesa de un costo muy bajo, pero lo que más llama la atención en el Blade es el método de fabricación aplicado en su chasis.

La idea de que una impresora 3D pueda reproducir un auto completo o partes para fabricar uno no es nueva. De hecho, lo único que lo ha evitado por ahora es la propia capacidad de las impresoras 3D, que deben ganar más velocidad, precisión y variedad en el manejo de materiales. Aún así, existen proyectos que logran llevar esta tecnología al límite

La industria automotriz se ha volcado casi de forma unánime a favor de los diseños monocasco, que actualmente ofrecen el mejor equilibrio entre fuerza y peso final, pero el Blade apela a los antes mencionados nodos de aluminio impresos en 3D y los tubos de fibra de carbono. Esta combinación hace que el peso total del Blade se ubique en apenas 629 kilogramos, de los cuales 46 son del chasis.

Por lo que se sabe, Divergent Microfactories tiene solamente un prototipo en funcionamiento. Pero aún si el Blade no toma vuelo, la técnica utilizada en la fabricación de su chasis seguramente podría ser trasladada a otras estructuras que se verán muy beneficiadas con la intervención de la impresión 3D.