5 coches clásicos que pierden valor

El Dodge Daytona simboliza la estética futurista de los 80, con líneas aerodinámicas y un estilo muy de su época. Sin embargo, sufre por problemas de fiabilidad y por un equipamiento que hoy se percibe obsoleto. Aunque despierta cierta nostalgia, no es un coche recomendado para quienes buscan un clásico robusto y duradero. El MG [...]

Rancez Damian

: El Dodge Daytona simboliza la estética futurista de los 80, con líneas aerodinámicas y un estilo muy de su época. Sin embargo, sufre por problemas de fiabilidad y por un equipamiento que hoy se percibe obsoleto. Aunque despierta cierta nostalgia, no es un coche recomendado para quienes buscan un clásico robusto y duradero.

: El MG Midget es un pequeño deportivo británico que transmite el encanto de los años 70. Ligero y divertido de conducir, enamora a primera vista. No obstante, su limitada practicidad y la dificultad para encontrar repuestos hacen que pierda valor. Su atractivo reside más en la estética y el carácter que en la viabilidad como coche clásico de largo plazo.

: El Chevy Camaro de los 80 representaba el músculo americano en su máxima expresión, con un diseño agresivo y sensaciones de conducción intensas. Sin embargo, su depreciación se debe a la falta de seguridad moderna y al alto coste de mantener su mecánica. Es un clásico que muchos conservan por apego sentimental, pero que a nivel práctico puede resultar caro y poco rentable.

: El Pontiac Grand Prix de los años 90 destacó por su diseño dramático y su motor V6 potente, pero hoy sufre para mantener el valor. La escasez de piezas y la complejidad de sus sistemas electrónicos elevan los costes de mantenimiento. Aunque ofrece una conducción con sabor nostálgico, no es la mejor opción si se busca un clásico como inversión.

: El Chrysler LeBaron Convertible es un descapotable que refleja perfectamente el espíritu de los 80 y 90. Aunque ofrece una entrada asequible al mundo de los clásicos con techo abierto, su valor de mercado no aumenta con el tiempo. Es un coche ideal para disfrutar en familia los días soleados, pero más por la experiencia que por expectativas de revalorización.