5 coches europeos que fueron grandes errores

BMW sorprendió al mundo con el X6, un SUV coupé que rompía moldes… para mal. Su diseño comprometía la habitabilidad trasera y la capacidad de carga, dos puntos clave en un todocamino. Aunque potente y bien equipado, se percibía como un coche caro con poca lógica práctica, más un capricho extravagante que un vehículo útil. [...]

Rancez Damian

: BMW sorprendió al mundo con el X6, un SUV coupé que rompía moldes… para mal. Su diseño comprometía la habitabilidad trasera y la capacidad de carga, dos puntos clave en un todocamino. Aunque potente y bien equipado, se percibía como un coche caro con poca lógica práctica, más un capricho extravagante que un vehículo útil. Su propuesta dejó a muchos clientes perplejos.

: El Triumph Stag parecía tenerlo todo: diseño italiano y ambición deportiva. Pero su motor V8, creado al unir dos bloques de 4 cilindros de la propia marca, resultó un desastre. Propenso al sobrecalentamiento, generaba constantes reclamaciones en garantía. Este modelo se convirtió en símbolo de la decadencia de la industria británica bajo British Leyland, un coche tan atractivo como problemático.

: El Lancia Gamma destacó por su atractivo diseño, pero sus decisiones técnicas lo condenaron. El mayor error fue montar la bomba de dirección asistida en el árbol de levas, lo que podía provocar fallos catastróficos en frío. A esto se sumaba la tendencia a la corrosión, un mal endémico de Lancia en la época, que terminó hundiendo su reputación y limitando sus ventas.

: El intento de Ford por traer la elegancia europea a Estados Unidos con el Merkur en los años 80 fue un desastre. Basado en los Sierra y Scorpio, buscaba competir con Saab o BMW. Sin embargo, los compradores americanos nunca entendieron un coche con nombre desconocido que se vendía en concesionarios Lincoln-Mercury. Con motores competentes pero una estrategia de marketing equivocada, su fracaso estaba asegurado.