La transición hacia la electrificación total ha sido un camino difícil para muchos fabricantes tradicionales, y Volkswagen no es la excepción. Con desafíos técnicos, regulatorios y de mercado, el gigante alemán ha optado por un enfoque radicalmente diferente: adoptar la arquitectura de Rivian, una de las startups más prometedoras del sector eléctrico. En concreto, la plataforma R2 será la base sobre la que se construyan todos los futuros vehículos eléctricos del Grupo Volkswagen, desde Audi hasta Skoda.
La alianza entre Volkswagen y Rivian no es solo estratégica, sino también salvadora para la startup estadounidense. Con su fondo en descenso, Rivian necesitaba inversión urgente, y Volkswagen respondió con capital y confianza. A cambio, el grupo alemán obtiene acceso directo a una arquitectura eléctrica zonal avanzada, escalable y modular, que le permitirá acelerar su desarrollo sin partir desde cero.
Aunque todos los futuros coches eléctricos de Volkswagen compartirán la plataforma R2, cada marca conservará su ADN único. Tal como explicó Wassym Bensaid, director de software de Rivian, “cada marca tendrá su propia configuración de suspensión, interfaz y experiencia de usuario”, pese a usar la misma base tecnológica. Esto garantiza que un Audi, un VW o un Skoda eléctricos no se sientan iguales, aunque compartan corazón tecnológico.
El SUV mediano Rivian R2, que será la base de esta revolución, entrará en producción en la primera mitad de 2026. Más compacto y económico que los R1T y R1S, su precio objetivo es de unos 45.000 dólares, lo que lo hace mucho más accesible para el consumidor medio. Esta arquitectura, ya optimizada tras las experiencias con los modelos anteriores, facilitará el trabajo a Volkswagen y mejorará el tiempo de llegada al mercado de sus próximos eléctricos.
Este acuerdo marca un antes y un después en la estrategia eléctrica de VW, que hasta ahora había luchado por competir contra Tesla y otras marcas emergentes. Con la plataforma R2 como columna vertebral, Volkswagen acelera su ofensiva eléctrica global sin comprometer la identidad de sus marcas. La electrificación del futuro ya tiene nombre: R2, por Rivian y por revolución.
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