Basada en la plataforma del Golf/ Jetta, la Tiguan se presenta como una de las SUV light que harán más ruido en el mercado mexicano por distintas razones. De entre ellas, la primera es que, además de la costosa Touareg, VW no ofrecía hasta ahora una SUV “popular”. La segunda y quizá más importante es que la Tiguan comparte muchos genes con el mítico GTI, como el bastidor, el excelente motor turbo de inyección directa y el sistema de frenos, entre otros.
La Tiguan tiene, al igual que los últimos productos lanzados por la compañía, como el CC, o la Routan, ese ADN que la marca ha incorporado a sus modelos más novedosos y que seguramente se mantendrá en los próximos años. Dominan las formas cuadradas, que se notan más en las salpicaderas y las ventanas, lo que contribuye a una figura sobria y elegantemente terminada. Los trazos son en verdad simples pero, en conjunto, hacen de la Tiguan una de las utilitarias compactas más atractivas. Quizá la tapa de la cajuela sea la parte menos elaborada, sin embargo, las calaveras –sobre todo en la oscuridad- le agregan un toque de deportividad gracias a que se iluminan como las del CC.
Máxima sobriedad
El interior no es más llamativo que el exterior. Por el contrario, las formas son simples y hasta poco atrevidas. Al menos en el modelo que tuvimos disponible para prueba, todo está en color negro con algunos insertos de aluminio y plásticos de excelente factura, que en su mayoría son suaves y todos presumen un excelente ensamble. En general, el acabado se asemeja más a lo visto en modelos Premium como una X3 que a una CR-V, por ejemplo. El espacio interior es suficiente para cinco pasajeros, pero dado que se trata de una camioneta derivada de un auto compacto, cuatro pasajeros viajarán con mayor comodidad. El equipamiento es completo a secas, ya que podemos encontrar piel, quemacocos, audio con lector de CD/MP3, aire acondicionado, faros de niebla, computadora de viaje y rines de aluminio, entre otros, aunque por el precio de esta versión básica (24,200 dólares con caja de cambios automática de 6 velocidades) echamos de menos algunos elementos como el sensores de estacionamiento, luz y lluvia, climatizador automático o faros de xenón. Para eso hay que ir ascendiendo en materia de acabados y gastarse unos cuantos dólares más.
En materia de seguridad no falta nada, ya que de serie encontramos seis bolsas de aire, frenos ABS y control de estabilidad. Vale la pena mencionar que, como equipo de serie, lleva freno de mano automático y asistente de arranque en pendientes.
GTI familiar
Impulsada por el conocido motor turbo de inyección directa y 200 caballos, la Tiguan es una de las SUV compactas más rápidas, solo equiparable a otros modelos turbo que, por cierto, son sus rivales directos: Acura RDX, Mazda CX-7 y Subaru Forester.
En movimiento, la Tiguan destaca por ofrecer una calidad de marcha intachable, ya que ofrece una combinación entre suavidad y deportividad poco común entre sus rivales. Si somos poco exigentes con el pedal del acelerador, no existe el más mínimo sobresalto en la carrocería; parece que vamos en un sedán de mayor tamaño. No obstante, si buscamos la máxima aceleración, el bastidor muestra sus genes GTI en un carácter noble y muy neutral. Llevada al límite tiene poca inclinación de la carrocería y un subviraje fácil de dosificar.
La caja de cambios automática Tiptronic de seis velocidades, si bien tiene una respuesta adecuada, parece lenta y muy conservadora frente a la DSG. Finalmente, los frenos entregan una respuesta casi infatigable, ya que aún después de nuestra exigente tanda de pruebas, el sistema mantiene la misma eficacia; quizá lo único mejorable es el tacto del pedal, que tiende a ponerse esponjoso.
Tierra de nadie
Muy al estilo de lo que sucede con el Passat, la Tiguan pisa territorio poco claro y explotado, ya que por precio, nivel de acabados y desempeño, se ubica por encima de modelos como la Ford Escape, la Honda CRV, la Mitsubishi Outlander o la Toyota RAV4, por mencionar algunas, pero sin ese refinamiento completo, llámese toque Premium, de modelos como la X3 de BMW o las venideras Audi Q5, Mercedes-Benz GLK o Volvo XC60. De cualquier modo, la Tiguan parece reunir los atributos necesarios para convertirse en referente de uno de los segmentos más suculentos de los últimos años.