En un principio, Bentley había fijado como objetivo 2030 para convertirse en una marca completamente eléctrica. Sin embargo, ahora este plazo se ha extendido hasta 2035, con modelos como el Continental GT, el Flying Spur y el Bentayga manteniendo sus versiones con motor de combustión interna e híbridas. Según Walliser, los mercados no están listos para una transición completa hacia la electrificación, por lo que la compañía opta por seguir perfeccionando la tecnología de los motores de combustión interna mientras avanza con la electrificación de su gama.
El equilibrio perfecto entre tradición e innovación
Bentley siempre ha sido conocida por combinar la tradición con la innovación, y este enfoque se refleja en su decisión de mantener los motores de combustión interna en su gama. La marca ha sabido mantener su reputación de exclusividad y lujo a través de la ingeniería y el diseño. Este mes, Bentley causó sensación con un acabado de pintura de $68,000, demostrando su compromiso con la artesanía. Mantener los motores tradicionales permite que los compradores sigan disfrutando de la experiencia visceral que caracteriza a la marca, al tiempo que se da espacio para la electrificación.
Una estrategia de futuro que honra el legado
La decisión de Bentley también subraya el respeto de la marca por su legado. Recientemente, un Bentley Val D’Isère de 1992, una pieza ultra rara, fue subastado como recordatorio del valor histórico de sus vehículos. Aunque los nuevos modelos de combustión interna no replicarán estos raros ejemplares, la estrategia de Bentley continúa combinando exclusividad, durabilidad y lujo atemporal. La marca no solo preserva su historia, sino que también asegura que sus autos sigan siendo apreciados por las futuras generaciones de coleccionistas.
El futuro eléctrico sigue siendo una prioridad
Pese al ajuste en sus plazos, Bentley no abandona la electrificación. La marca sigue comprometida con su primer modelo eléctrico, que se lanzará en los próximos años. Sin embargo, los motores de combustión interna y los modelos híbridos seguirán siendo cruciales hasta al menos 2035. Esta estrategia permite a Bentley gestionar los costos de producción, perfeccionar la tecnología y satisfacer la demanda en mercados clave como EE. UU., China y Oriente Medio, ofreciendo a sus clientes lo mejor de ambos mundos: tradición y tecnología.