Desde Seúl, Corea del Sur. En este caso la sección se debería llamar mi semana de gloria con Genesis. Mi primer viaje a Corea. Por este fantástico trabajo que desarrollo desde hace décadas, había tenido la oportunidad de viajar a Asia. Repúblicas de la antigua Unión Soviética con Citroën para el Master Rallye, Japón para el Auto Show de Tokio con Nissan, China para una de las reuniones internacionales de Motorpresse, pero nunca se había dado la oportunidad de viajar a Corea, la casa del grupo Hyundai.
Queautocompro.com tiene una profunda relación con todas las marcas de la industria, pero hay algo especial con las marcas del Grupo, trabajamos con ellos desde hace años no solo para reportar, sino también para educar a los latinos sobre las novedades y tecnología de su oferta. No es menor el detalle de la posición de mando que ocupa mi paisano José Muñoz en Hyundai, un defensor de todo lo que tiene que ver con los latinos e hispanos de USA. José, entre otros muchos logros, se sienta en el Consejo de Hyundai en este momento y es por derecho propio el ejecutivo español que más alto ha llegado en la industria automotriz. Y aún le quedan muchos años de duro trabajo, me corregirán sus colaboradores que le tienen que seguir el ritmo.
Bueno, pues resulta que el equipo de relaciones públicas de Genesis organizó un viaje de inmersión en la marca para demostrar con ejemplos, con hechos, qué quiere decir la cultura premium que tratan de reflejar en sus autos, una cultura coreana que para la mayoría de los consumidores en algunos mercados se limita al Gangnam Style o el K-pop.
Las raíces milenarias las vimos en el barrio de los palacios. La caminata por las empinadas calles de Bukchon está impresa en nuestra memoria. Muchos coreanos fotografiándose con ropas clásicas, y esos “silenciadores” profesionales que evitan que molestemos a los locales con nuestros tonos de voz occidentales. Nos guió Mark Tetto, un banquero americano que decidió dedicarse al mundo del arte coreano y vive en una casa clásica a la que nos invitó a entrar, muy agradecidos por tan valioso detalle.
Pudimos comprobar como “apapachan” (con permiso de Claudia Márquez, la ejecutiva mexicana que dirige la marca en US, me robo este verbo mexicano que tanto me gusta) a sus clientes en el dealer de Suji, donde desde el primer momento, desde la peculiar arquitectura te introduce en los valores culturales que todos los que trabajan en Genesis deben transmitir.
Más allá de entender el respeto y el cariño por el detalle pudimos ver algunos modelos de autos que todavía no están en los Estados Unidos pero que serán estudiados con esmero por los responsables de planificar la oferta de la marca. Para nuestro gusto el Shooting Break, un familiar, un station wagon, basado en el G70 fue el más interesante de todos.
Nos subimos a un tren de alta velocidad para recorrer los 417 kilómetros (250 millas) que separan Seúl de la antigua Pusan, hoy llamada Busan al parecer por que el nombre original suena muy mal en el coreano actual. Tan mal que no conseguí que ninguno de los estupendos relaciones públicas del equipo global me dijera el significado de la palabra. Vaya usted a saber.
El llamado Bullet Train KTR viaja a más de 190 mph, y aquí me van a permitir la chulería española para contarles que nuestro AVE Talgo es más rápido y aprovechar para reflexionar porqué en USA no tenemos infraestructuras de este tipo, con lo importante que fue el país para el desarrollo de la Federación.
Me desvié del punto. Mi semana de gloria con Genesis continuó con un viaje a Busan, en la costa sudeste del país para la inauguración y día de prensa del bianual desde 2001 #BIMOS, Busan International Mobility Show. Alternándose con el Show en Seúl, el evento de la segunda ciudad más poblada del país. No es gran cosa, ni siquiera tiene alfrombra en los pasillos, pero atrae a medio millón de visitantes, como sucede en otros shows últimamente, Genesis, el grupo Hyundai se roba el show.
Conocimos el nuevo Hyundai Casper eléctrico, una micro SUV por la que algunos jóvenes en los Estados Unidos suspirarían, quizá no suficientes, dado el hecho de que los más pequeño que le grupo tiene en nuestro mercado son el Seltos y el Venue, muy grandes comparados con el Casper. Cute es la palabra que mejor lo define.
Kia presentó su primera pickup, la Tasman y Genesis dos modelos de serie: el nuevo G80 electrified que introdujo globalmente en Sanghai, la versión Black del G90 y dos conceptos: el conocido Neolun que vimos en Nueva York y un nuevo hiperdeportivo llamado Genesis X Gran Racer Vision Gran Turismo o VGT.
Dos marcas europeas estuvieron también presentes y activas en el Salón, Renault que presentó el Grand Koleos, modelo solo para Corea del Sur y BMW que introdujo en el mercado doméstico el nuevo Mini JCW y el iX1.
Algunos piensas que solo nos divertimos en estos viajes, pero en este caso anduvimos realmente ocupados. Mañana en el show, delicioso sandwichito en el bus, un bus Hyundai de hidrógeno y una hora de camino para visitar la planta de Ulsan, según los responsables del Grupo la más grande del mundo mundial en extensión.
A parte de visitar la planta nos llevamos dos regalitos informativos. Uno, saber que el primer país al que exportó Hyundai fue a Ecuador, con una clase media potente a mitad de los 70, con petróleo y necesidad de vehículos para los ávidos clientes. La otra sorpresa fue visitar uno de los barcos cargo que transporta los autos desde el puerto de Ulsan a todo el mundo. Subimos hasta la torre del capitán, 12 pisos llenos de autos nuevos camino a la vieje Europa. Otra experiencia que no habíamos tenido nunca.
Nos subimos al tren para regresar a la cálida capital. Internet de alta velocidad a alta velocidad para “disfrutar” el debate presidencial más bochornoso de la democracia norteamericana.
En Seúl nos esperaba la visita al Hannam-Dong, el pulso comercial y creativo de Corea. ¿Se acuerdan del Gangnam Style?, de ahí salió, hoy repleto de jóvenes haciéndose fotos en todas las esquinas, literal, con tiendas repletas de adolescentes que gustan de los productos europeos pero que soportan firmemente una pujante industria de la moda local.
Como era un viaje de inmersión y descubrimiento, nosotros también le hacíamos fotos a todo lo que nunca habíamos visto en vivo y en directo, por ejemplo, la biblioteca de arte de Hyundai para los tarjetahabientes de Dive, la tarjeta patrocinada para la marca y que te da acceso exclusivo a una instalación en la que se respira arte.
Con nuestras fuerzas intactas, mentira cochina, nos fuimos a nuestra última cena en grupo. Como uno tiene suerte, mucha, me tocó cenar con Luc Donckerwolke, responsable de diseño de producto y creativo del grupo. Luc nació en Perú, se movió por medio mundo con su familia de diplomáticos y es un viejo conocido de QAC gracias a las numerosas interacciones que hemos tenido con él con motivo de los World Car Awards donde este servidor participa como jurado.
La charla, aunque breve fue intensa, Luc tenía que tomar un vuelo para los Emiratos Árabes en la noche, pero pudimos constatar una vez más la agilidad que el grupo le están impregnando a la creación de la marca Genesis y por supuesto a los nuevos productos.
Luc está muy tranquilo con el excelente trabajo que realiza Sangyup Lee, responsable de diseño de Genesis actualmente, y con la incorporación de Manfred Harrer, hace unas pocas semanas para dirigir la ingeniera de las distintas divisiones de performance de la marca, y especialmente encargado de la fase final de desarrollo de Magma (¿se acuerdan de esos autos naranjas, divinos que vimos en NY AutoShow?) Harrer tiene una vasta experiencia primero en Audi, luego en BMW, Porsche y finalmente en Apple donde estuvo involucrado en el fallido intento de la marca de Cupertino por sacar al mercado un auto. Albert Bierman le convenció de venirse a Hyundai, convencido de que su jubilación va a ser más tranquila con Manfred al frente del desarrollo de los Genesis más potentes de la historia que están por venir.
Mi semana de gloria con Genesis terminó en el Genesis Lounge, exclusivo para propietarios de G90 Long Wheel Base en el piso tercero del hotel Shilla, que debe tener tropecientas estrellas a juzgar por las instalaciones y el mimo para los clientes.
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