Toyota está en el centro de una nueva demanda colectiva por problemas de transmisión que afectan a modelos populares como el Highlander, Camry y RAV4, entre otros. La demanda, presentada en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, alega que los vehículos equipados con la transmisión automática de ocho velocidades de Aisin presentan fallos recurrentes. Según el demandante, estos problemas incluyen deslizamientos, ruidos extraños y pérdida de potencia, lo que pone en riesgo la seguridad y el rendimiento del vehículo. La demanda de $5 millones se basa en la acusación de que Toyota y Aisin eran conscientes del defecto desde 2015 y no tomaron medidas correctivas adecuadas.
La lista de vehículos que supuestamente sufren de esta transmisión defectuosa es extensa. Entre los modelos mencionados en la demanda se incluyen el Toyota Highlander (2017-2024), Toyota Camry (2018-2024), Lexus RX 350 (2023-2024), y el Lexus ES (2021-2022). Estos autos han presentado fallos mecánicos y problemas de rendimiento con la transmisión UA80E, utilizada en varios modelos de Toyota y Lexus. El demandante, quien adquirió un Toyota Highlander 2020, describe cómo la transmisión comenzó a emitir un zumbido agudo y, tras una inspección, se descubrió que necesitaba un reemplazo costoso fuera de garantía, algo que la demanda considera inaceptable.
La demanda alega que Toyota y Aisin eran conscientes de los defectos de la transmisión mucho antes de que se presentaran los reclamos. Según los documentos legales, la garantía de cinco años no cubrió los defectos que aparecieron después de los 96,000 km, lo que obligó al demandante a enfrentar una reparación de más de $7,400. Además, se alega que desde 2017, Toyota recibió informes internos sobre el defecto de la transmisión, señalando que la acumulación excesiva de calor dentro del convertidor de par podría quemar el fluido de la transmisión, causando su desgaste prematuro. Sin embargo, la empresa no procedió con un rediseño hasta que fue demasiado tarde.
El programa de servicio técnico de Toyota emitió varios boletines para tratar de solucionar los problemas, pero la demanda sostiene que estas acciones fueron insuficientes. Se argumenta que, a pesar de las advertencias internas, Toyota nunca rediseñó la transmisión ni resolvió los problemas de manera efectiva. Los boletines técnicos apuntan a fallos en el módulo de control de la transmisión y otros aspectos del software, pero no se realizaron cambios significativos en la infraestructura del vehículo. La demanda subraya que, para los propietarios, el costo de reparación fuera de garantía y los problemas persistentes con la transmisión han afectado directamente el valor y la calidad de sus vehículos.

Esta demanda colectiva no solo enfrenta a Toyota con una enorme cifra de indemnización de $5 millones, sino que también pone en cuestión la fiabilidad de los vehículos de la marca. Si bien Toyota ha lanzado varias actualizaciones técnicas para tratar de mitigar el problema, los propietarios siguen sufriendo fallos mecánicos y tienen que afrontar costosos arreglos sin el respaldo adecuado. La demanda podría extenderse durante años, afectando no solo a Toyota, sino también a su reputación en cuanto a la fiabilidad de sus modelos y la satisfacción de los consumidores.