Dodge Challenger SRT8 2009: prueba a fondo

Músculo en estado puro. Hombros poderosos, cintura ceñida, cuerpo esculpido. El Dodge Challenger es un ejercicio de ...
16/05/2009

Javier Fueyo

Un poco de historia
Tras la descontinuación del modelo en 1984, tuvieron que pasar 14 años para que Dodge presentará un nuevo muscle car con los que hacer frente a los Mustang y Camaro. Presentado en febrero de 2008, simultáneamente, en los Salones de Chicago y Filadelfia, el Dodge Challenger, volvía a las carreteras americanas para enfrentarse a sus rivales de Ford y Chevrolet. El modelo fue edificado sobre la plataforma LX del Dodge Charger, aunque con una distancia entre ejes algo más corta (116 pulgadas por 120). Además, para su retorno, Dodge escogió una única versión, el radical SRT8, aderezado por la preparadora oficial del grupo Chrysler, Street and Racing Technology. Visto y no visto, el nuevo animal de la marca del carnero se agotó en su totalidad (6,400 unidades) mucho antes de comenzar su producción en el mes de mayo.

Envalentonado por el éxito del auto, el fabricante decidió seguir con su estrategia de lanzamiento. En el otoño de 2008, Dodge comenzó a vender el modelo 2009. Esta vez, el potente SRT8 venía acompañado de otras dos variantes: una básica con motor de V6 de 3.5 litros y 250 HP, la SE, y otra más poderosa con motor HEMI V8 de 5.7 litros y 375 HP, denominada R/T. El Challenger había vuelto.

Versión probada
Para la realización de esta prueba, hemos tenido la oportunidad de manejar el Dodge Challenger SRT8 2009. De un precio MSRP de 41,845 dólares, que incluye 725 de gastos de envío y 1,300 del gas guzzler tax (un impuesto federal aplicado sobre aquellos vehículos que no cumplen con los estándares mínimos de consumo de combustible), la unidad probada se extiende hasta 44,575. Este incremento sale del añadido de un equipo de sonido opcional, de un GPS con navegación multimedia y suscripción por un año al servicio de tráfico SIRIUS, de neumáticos de competición Goodyear de medidas 245/45ZR20, delante, y 255/45ZR20, detrás, y del Track Pak, un paquete para acentuar la deportividad del Challenger SRT8, que incluye diferencial de deslizamiento limitado, caja de cambios manual de seis velocidades, asistencia al arranque en pendiente, rines de 20 pulgadas, pedales R/T y un panel de instrumentos con tacómetro y fondo blanco.

Precisamente, en la opcional caja de cambios manual y en el diferencial de deslizamiento limitado radican las grandes diferencias entre el Dodge Challenger SRT8 de 2008 y el de 2009.

Diferencial de deslizamiento limitado
El nuevo diferencial de deslizamiento limitado del SRT8 2009 está formado por un paquete de discos de fibra de carbono que se colocan en cada parte del diferencial. Básicamente, ayuda a evitar deslizamientos indeseados en curvas, donde los neumáticos interiores tienden a girar más que los exteriores. Así, cuando el torque se transmite a los neumáticos, los discos se engranan unos con otros y lo distribuyen adecuadamente en función de las circunstancias, en lugar de repartirlo por igual. Obviamente, llegará más torque a las llantas que giran más despacio, es decir a las del exterior.

Realmente, en un uso urbano, la incorporación del deslizamiento limitado en el nuevo Dodge Challenger SRT8 es prácticamente inapreciable. Incluso en carretera con curvas y numerosos cambios de apoyo, se necesita ser un piloto muy experto y llevar un manejo muy radical para apreciar en toda su magnitud las ventajas de este elemento. Aun así, un vehículo como el SRT8, con una brutal cifra de torque máximo de 420 libras pie, lo necesitaba.

Caja de cambios de seis velocidades
Más interesante es la incorporación de la nueva transmisión manual de seis velocidades. Excelente complemento para el HEMI 6.1 litros, permite exprimir al máximo las virtudes del V8 y rebajar los consumos en un manejo sosegado. De 13 mpg en ciudad y 19 en carretera, de la versión automática, pasamos a 14 y 22, todavía una cifra indecente y más en los tiempos que corren de aprensión por los precios de la gasolina.

La inserción es rápida y precisa, pero cuesta habituarse a la particular inclinación de la palanca de cambios que hace que, sobre todo, en las primeras tomas de contacto con el SRT8, pasemos de primera a cuarta sin darnos cuenta. El pedal de embrague resulta pesado y con un recorrido muy largo. Es decir, el engranaje / desengranaje de las marchas se realiza muy abajo, provocando saltos bruscos en los cambios de relación. Nada que no se subsane con unas cuantas millas y unos cuantos cambios hasta estar completamente habituados.

Ágil y dinámico
Considerar a un auto de más de 4,100 libras como ágil y ligero puede parecer un sinsentido, pero realmente es como uno siente al SRT8 cuando uno se pone al volante. La suspensión realiza un admirable trabajo, los frenos Brembo actúan con contundencia y el motor empuja en con fuerza.

Otra paradoja: Aceptamos que el Challenger SRT8 es un auto pesado que se mueve como un ágil peso pluma, pero ¿aceptar que un muscle car sea cómodo y confortable en manejo sosegado? Pues sí, también lo es. Las suspensiones filtran bien y, aunque transmiten las irregularidades del asfalto, no resultan un tormento. Además, la tremenda amplitud de los asientos tipo baqué y su cómodo mullido permiten sentirte igual que en un tranquilo sedán. En suma, podríamos manejar millas y millas sin que nuestra espalda resultara afectada.

Suspensión y dirección magistrales
Más que el motor, más que su estampa, más que su espíritu, han sido el esquema de suspensión y la dirección lo que nos ha entusiasmado. Como decimos, el equilibrio logrado por Dodge con sus suspensiones independientes han provocado un efecto curioso: un típicamente americano muscle car que no se siente como tal. Tienen un tarado firme y, en manejo deportivo, sujetan con fuerza la carrocería, haciendo que el Challenger vire totalmente plano. En carretera con muchas curvas, el SRT8 se desenvuelve con una notable soltura, quizás no a la altura de los autos europeos más deportivos, pero sí con una seguridad y aplomo sorprendente para un auto de sus dimensiones. Suponemos que el control de tracción y de estabilidad funcionan correctamente, pero realmente, no hemos tenido muchas oportunidades de hacerlos entrar en acción: el bien asentado bastidor, las firmes suspensiones y un reparto de pesos en proporción 54 / 46, en la mayoría de las ocasiones, son suficientes para controlar los problemas de inercia.

De hecho, el control de estabilidad ha sido programado para dejar al conductor jugar con el sobreviraje lógico en un auto de propulsión trasera. Así, en curvas muy cerradas, podemos apurar al máximo y comprobaremos como el ESP tarda unas décimas de segundo en actuar, frenando y modulando la aceleración hasta conseguir la estabilidad deseada.

Las cualidades del chasis del SRT8 vienen acompañadas de un esquema de frenado interesante. Con unos discos de freno Brembo con pinzas de freno en color rojo y descomunales rotores de 14,1 pulgadas, delante, y 13.8, detrás, las distancias de detención son excelentes y la resistencia a la fatiga está fuera de toda duda.

Motor potente
Junto a la imagen, el motor V8 HEMI es lo que más une a este Dodge Challenger con su naturaleza de muscle car, una vez visto que su dinamismo y agrado de conducción no son los típicos del genuino músculo americano. Así, circulando con los vidrios bajados, el sonido que sale del escape puede resultar para algunos incluso orgásmico. Es una muestra más de la masculinidad del SRT8.

El otro dato a tener en cuenta del monstruoso motor HEMI son sus 420 libras pie de torque. La capacidad de aceleración es indudable. Desde parado, apretamos el pedal y la aguja del cuentarrevoluciones se dispara. El Challenger comienza a subir de velocidad con la misma rapidez con que la aguja alcanza el corte de inyección. Según Dodge, el SRT8 pasa de 0 a 62 mph en 5,0 segundos. Para quién quiera comprobar si es cierto lo que la marca asegura de su Challenger, el SRT8 cuenta con un menú de medición de la performance del carro. Desde el cuadro de instrumentos podemos comprobar los tiempos que tardamos en hacer el 0 a 60 mph, el cuarto de milla, el octavo de milla, las fuerzas G y las distancias de frenado. Todo un juguete para los más atrevidos.

Interior
El Dodge Challenger SRT8 cuenta con otros atributos al margen de su estampa, escape poderoso y deportividad y estos pueden encontrarse en el interior. Cuenta con más espacio trasero que sus rivales Camaro y Mustang gracias a 32.4 pulgadas de espacio para piernas y 37.4 para cabeza. Se trata por tanto de un coupé de dos puertas en el que cinco adultos pueden viajar relativamente confortable.

El equipo de serie es notable y en el abundan los elementos destinados a la seguridad activa y pasiva del auto.

En su defecto, es necesario resaltar que los materiales utilizados dan una apariencia de pobre calidad, vibrando en demasía con el equipo de audio en funcionamiento.

Conclusión
El Dodge Challenger SRT8 combina la masculinidad y los atributos viriles esperados en un muscle car con las comodidades y tecnologías esperadas en un auto del siglo XXI. Realmente sorprende por esa mezcla entre músculo (patente en su poderosa figura, su escape de sonido atronador y su descomunal motor HEMI) y delicadeza (la agilidad con la que se mueve, el confort de marcha o la amplitud de las plazas traseras)

A nuestro juicio, no obstante, la propuesta no es suficiente. La realidad se impone machaconamente y el público demanda motores más pequeños y consumos más eficaces. Quizás el downsizing signifique la muerte del muscle car, pero lo que es seguro es que la dependencia del petróleo y los altos precios del oro negro también.

La vigencia de los muscle car está en entredicho y, pese a que el Challenger SRT8, es un auto sensacional por el nivel exhibido, vaticinamos un futuro duro. Motores de inyección directa de gasolina, sistemas start / stop, cajas automáticas de seis o siete velocidades, etc. Las opciones son variadas. Quizás no sean suficientes para preservar el músculo, pero al menos habría que intentarlo. ¿No creen?

La unidad de pruebas fue suministrada por Prestige Auto para su evaluación.

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