Rancez Damian

El fabricante norteamericano pone fin a dos de sus modelos más vendidos, pero prepara un relevo electrificado que marcará un antes y un después en su estrategia global.

Tras más de dos décadas en el mercado, el Ford Escape dejará de producirse a finales de este año, junto con su gemelo de lujo, el Lincoln Corsair. La noticia sorprende, ya que ambos SUV acumularon más de 175.000 ventas en 2024 y mantienen una fuerte demanda en 2025. Pese a ello, Ford asegura que habrá inventario suficiente hasta bien entrado 2026, tiempo en el que se reconfigurará su planta de Louisville con una inversión de 2.000 millones de dólares.

Alternativas inmediatas en la gama

Aunque no habrá sustituto directo en el corto plazo, la marca ya mueve ficha. Analistas del sector apuntan a que Ford impulsará a sus clientes hacia la Maverick híbrida, una pick-up compacta de bajo consumo, o hacia la Bronco Sport, un SUV con mayor margen de beneficios para la compañía. En el caso de Lincoln, la situación es más incierta, ya que el Corsair no tiene aún un reemplazo definido y podría dejar un vacío temporal en la gama de acceso de la marca premium.

El “Momento Modelo T” y la revolución Universal EV

Jim Farley, CEO de Ford, ha definido esta transición como un auténtico “Momento Modelo T”, aludiendo a la revolución industrial que vivió la marca hace más de un siglo. El futuro pasa por la plataforma Universal EV, que permitirá producir desde camionetas eléctricas asequibles de 30.000 dólares hasta SUV de dos y tres filas. Uno de estos modelos será un eléctrico compacto del tamaño del Escape, que podría convertirse en el nuevo superventas de la marca si logra mantener precios competitivos.

¿Qué pasará con Lincoln?

El panorama es distinto para la firma de lujo. Con el Corsair fuera de la ecuación y los aranceles sobre los modelos importados desde China, Lincoln deberá reinventarse para no perder su entrada al segmento premium compacto. Todo apunta a que terminará recibiendo una variante electrificada derivada del proyecto Universal EV, aunque podría haber un paréntesis de al menos un año en su catálogo.

Un futuro marcado por la electrificación

La estrategia es clara: Ford no abandona los SUV compactos, los transforma. El adiós al Escape y al Corsair no es un final, sino un paso necesario para dar vida a una nueva generación de modelos eléctricos que aspiran a igualar —o incluso superar— el volumen de ventas actual. Mientras tanto, los compradores tienen la última oportunidad de hacerse con uno de los SUV más vendidos de la marca antes de que la era eléctrica tome definitivamente el relevo.