Ford está llevando a cabo un retiro del mercado de 7.046 furgonetas de la Serie E fabricadas entre 2019 y 2020, debido a un problema persistente de sobrecalentamiento del motor que representa un riesgo potencial de quemaduras para los ocupantes del vehículo. El problema radica en el diseño defectuoso del aislamiento de la cubierta del motor, que provoca que ciertas áreas del panel se calienten excesivamente, afectando las zonas cercanas a los pies del conductor y el pasajero delantero. Ford confirma que el contacto prolongado con estas áreas calientes puede causar quemaduras en la piel.
El retiro no es nuevo. En diciembre de 2020, Ford ya había lanzado una campaña para solucionar este problema, actualizando el software del sistema de gestión del tren motriz con el objetivo de reducir la acumulación de calor durante largos periodos de inactividad. Sin embargo, un auditoría interna reveló que muchos vehículos fueron marcados como “reparados” aunque la actualización nunca se había realizado. Como resultado, el 31% de los vehículos afectados nunca recibieron la corrección necesaria.
El retiro de Ford afecta a furgonetas de la Serie E fabricadas entre el 23 de mayo de 2019 y el 12 de noviembre de 2020. Aunque la compañía asegura que no se han reportado accidentes ni lesiones relacionadas con el sobrecalentamiento, la magnitud del error es considerable. Los propietarios de los vehículos afectados recibirán una notificación entre el 5 y el 9 de enero de 2026, y los concesionarios serán responsables de actualizar nuevamente el sistema para garantizar que el problema se resuelva de manera definitiva.
El problema de sobrecalentamiento debería haber sido resuelto mucho antes, ya que el retiro original de Ford se emitió en 2020. Esta situación refleja una falta de control interno sobre los procedimientos de reparación, lo que pone en duda la efectividad de la primera campaña de retiro. El hecho de que vehículos con miles de unidades marcadas como “reparadas” nunca recibieran la actualización necesaria plantea preguntas sobre la gestión de calidad de Ford y su sistema de reparación.

Este nuevo retiro representa un golpe a la reputación de Ford, que debe enfrentarse a las consecuencias de un problema no resuelto en su momento. Aunque no ha habido accidentes reportados, la preocupación sobre la seguridad y la eficacia de las soluciones propuestas podría afectar la percepción pública de la marca. Ford necesita demostrar que esta corrección final es la solución definitiva, tanto para los propietarios de los vehículos como para los consumidores que valoran la confianza en la marca.