Quizás el más atractivo de esta lista en términos de diseño, el Mazda RX-8 se arruinó por su famoso motor rotativo. Aunque innovador, los problemas de durabilidad, especialmente con el desgaste de los sellos, destruyeron su reputación. Lo que podía haber sido un icono japonés en EE.UU. terminó siendo un modelo problemático.
La rusa Lada intentó abrirse paso en Estados Unidos con el Riva, pero fracasó estrepitosamente. Ni la fiabilidad ni el diseño estaban a la altura de lo que pedía el mercado. El coche carecía de estilo y de calidad, lo que lo convirtió en un ejemplo claro de cómo no introducirse en un mercado tan competitivo.
En este caso, la propuesta francesa fue tan ambiciosa como confusa. El Citroën C3 Pluriel quiso ser sedán, coupé, descapotable y hatchback al mismo tiempo. El resultado fue un coche peculiar, pero poco práctico, que desconcertó a los conductores y quedó relegado al olvido frente a opciones más sensatas.
El Chery QQ3 es el ejemplo perfecto de cómo un precio bajo no basta para triunfar. Aunque se vendía como uno de los autos más baratos del mercado, su calidad dejaba mucho que desear. Materiales pobres, acabados cuestionables y fallos mecánicos constantes hicieron que los conductores estadounidenses lo descartaran rápidamente.
El Hyundai Excel fue el primer paso de la marca surcoreana hacia la internacionalización. Su bajo precio y cierta fiabilidad mecánica lo hicieron atractivo, pero su diseño básico y la falta de equipamiento le impidieron competir en serio. Fue un coche funcional, pero muy lejos de convertirse en referente.
Relacionadas
Precio del Mercedes SLS AMG Black Series 2014
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5...