El Nissan Sunny GTI-R es probablemente uno de los modelos más interesantes y desconocidos de la marca japonesa. Con un motor turboalimentado de 2.0 litros que entregaba hasta 220 hp en la versión europea, el Sunny GTI-R era una auténtica bestia con una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 5.4 segundos. Su diseño compacto y su enfoque en la homologación para rally lo convirtieron en un modelo de culto para los entusiastas de los coches rápidos. Aunque no fue muy popular, el Sunny GTI-R fue un verdadero ejemplo de ingeniería, y fue utilizado por pilotos de rally como Stig Blomqvist y Tommi Mäkinen. Con el paso del tiempo, este modelo ha adquirido un estatus de culto, especialmente entre los fanáticos de los rallys.
El Nissan Almera GTI llegó al mercado a mediados de los 90 con un motor de 142 hp y un rendimiento aceptable, alcanzando los 100 km/h en 7.9 segundos. Aunque el diseño era bastante sencillo y no presentaba un gran “factor wow”, su chasis era bien equilibrado y ofrecía una conducción divertida y ágil. El Almera GTI tenía un enfoque más práctico que otros modelos deportivos de la época, lo que lo convertía en una opción más accesible para los conductores que querían un coche con buenas prestaciones, pero sin los altos costos de los modelos más deportivos. Su diseño simple y su limitada popularidad hicieron que fuera fácilmente olvidado, pero sigue siendo un coche que merece más reconocimiento.
El Mitsubishi Colt Ralliart fue un hot hatch que no logró captar la atención del público como sus rivales europeos, pero que ofreció una gran cantidad de diversión al volante. Con 149 hp de su motor turboalimentado de 1.5 litros, este pequeño modelo era capaz de alcanzar los 100 km/h en 7.6 segundos, un tiempo decente para la época. Mejorado en términos de suspensión, el Colt Ralliart ofrecía un buen manejo, aunque no podía competir con modelos como el Renault Clio Sport o el Fiesta ST en términos de rendimiento puro. A pesar de esto, para aquellos que querían algo más práctico con un rendimiento decente, el Colt Ralliart resultaba una opción atractiva.
El Mercedes-Benz A210 Evolution fue un intento temprano de la marca por crear un hatchback deportivo, aunque sin la famosa insignia AMG. Con un motor de 2.1 litros y 142 hp, el A210 no fue un gran referente en cuanto a rendimiento, ya que alcanzaba los 100 km/h en 8.2 segundos. Sin embargo, Mercedes equipó este modelo con una suspensión deportiva que mejoraba el agarre en las curvas, aunque el confort y la calidad de la dirección fueron puntos débiles. Pese a que no cumplió con las expectativas en términos de ventas, su enfoque en la practicidad y el lujo, combinado con detalles como asientos de Alcántara y llantas de 17 pulgadas, lo convierte en un modelo interesante para los coleccionistas de autos menos convencionales.
El Mazda 6 MPS es un claro ejemplo de lo que podría haber sido un éxito de ventas si se hubiera dado un poco más de énfasis al diseño. Con una potencia de 258 hp, motor turboalimentado de 2.3 litros y tracción en las cuatro ruedas, este sedán deportivo podía acelerar de 0 a 100 km/h en solo 6.6 segundos, una cifra impresionante para su época. Su conducción era precisa y su suspensión bien ajustada, lo que le daba una experiencia de manejo divertida. Sin embargo, su diseño sobrio y su apariencia “demasiado común” no lograron atraer a muchos compradores, lo que resultó en ventas limitadas. A pesar de ello, el 6 MPS sigue siendo un coche muy apreciado por aquellos que buscan un modelo rápido y accesible.
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