La Toyota Tundra combina un diseño moderno y un interior atractivo, pero en el día a día muestra debilidades. Algunos propietarios señalan fallos electrónicos en cámaras e infotainment que afectan a tareas simples como estacionar. A esto se suma un consumo elevado y una suspensión firme en pavimento irregular, lo que reduce la comodidad en trayectos urbanos.
La GMC Sierra 3500HD ofrece una capacidad de carga imponente, especialmente con la opción de doble rueda trasera, pero esa misma anchura complica maniobras en espacios reducidos. En trayectos cortos, el diésel se siente sobrado e ineficiente, y su radio de giro exige paciencia. Una bestia para el trabajo, pero excesiva para la ciudad.
La Chevrolet Silverado 2500HD está pensada para el remolque intensivo, pero pagarás ese extra en incomodidad cuando la uses para recados. Con la caja vacía, la suspensión transmite demasiadas vibraciones y su enorme tamaño convierte cualquier parking en un desafío. Además, el consumo se dispara en tráfico urbano.
La RAM 3500 Heavy Duty brilla al arrastrar toneladas en autopista, pero en ciudad se convierte en un reto. Su gran tamaño y distancia entre ejes complican el acceso a calles estrechas y aparcamientos reducidos. Además, entrar y salir de la cabina puede volverse cansado en el día a día, y su motor diésel resulta poco eficiente en trayectos urbanos.
La Ford F-250 Super Duty es un monstruo de la resistencia, pero su suspensión rígida sin carga la hace incómoda sobre badenes o asfalto irregular. Su altura limita el acceso a garajes antiguos y el consumo de combustible se dispara en trayectos cortos. Una camioneta ideal para trabajos pesados, pero poco práctica para la rutina urbana.
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